12- Fulcros inerciales
En la terapia craneosacral, los fulcros inerciales son puntos de referencia utilizados por el terapeuta para evaluar y facilitar los movimientos sutiles del sistema craneosacral. Estos fulcros son áreas específicas en las que se aplican ligeras presiones o se sostienen suavemente para permitir el movimiento y la liberación de tensiones en el cuerpo.
Los fulcros inerciales se basan en el principio de la inercia, que es la tendencia de un objeto en reposo a permanecer en reposo o de un objeto en movimiento a seguir en movimiento hasta que una fuerza externa actúe sobre él. En el contexto de la terapia craneosacral, el terapeuta utiliza los fulcros inerciales para aprovechar la inercia natural del sistema y facilitar su autorregulación y equilibrio.
Al aplicar una suave presión en un fulcro inercial, el terapeuta crea un punto de apoyo desde el cual se pueden liberar las restricciones y restablecer el flujo adecuado de líquidos y energía en el sistema craneosacral. Esto puede ayudar a aliviar la tensión, mejorar la movilidad y promover la salud y el bienestar en general.
Algunos ejemplos de fulcros inerciales utilizados en la terapia craneosacral incluyen el occipucio (parte posterior del cráneo), el frontal (parte frontal del cráneo), el sacro (hueso triangular en la base de la columna vertebral) y las suturas craneales (líneas de unión entre los huesos del cráneo).
Es importante destacar que la aplicación de los fulcros inerciales en la terapia craneosacral requiere habilidad y sensibilidad por parte del terapeuta. Se debe tener en cuenta la respuesta individual del paciente y adaptar la presión y las técnicas utilizadas según sus necesidades específicas.
Palancas de movimiento en el sistema cráneo-sacral.
En el sistema cráneo-sacral existe el movimiento de expansión y contracción, así como el de rotación interna y rotación externa. Este movimiento es con respecto a la línea media del cuerpo y existen unos puntos fijos que llamamos fulcros o puntos de apoyo de la palanca. Los fulcros naturales en el ser humano son la línea media del cuerpo, la articulación esfeno basilar, el fulcro de Sutherland y la base del sacro junto con la quinta vértebra lumbar, entre otros.
La línea media del cuerpo actúa como principio orientador y organizador de las estructuras corporales y energéticas, así como en las mareas y en especial el movimiento respiratorio primario. Esto es así desde antes del nacimiento a las pocas semanas de desarrollo embrionario. El embrión se desarrolla a partir de la medula espinal y su línea media en el cuerpo.
Un fulcro de lo más importante es el descrito por Sutherland, el formado por la confluencia de tejido fascial súper importante y eje de las tensiones reciprocas de casi todo el sistema cráneo-sacral. Este fulcro está formado en el lugar donde confluyen la hoz del cerebro, la tienda del cerebelo y la hoz del cerebelo. Este fulcro contiene el seno recto y se mueve anterior y superiormente durante la inhalación del movimiento respiratorio primario y posterior e inferiormente durante la exhalación del movimiento respiratorio primario. Podemos entender este lugar como el punto de tensión reciproca más importante para el resto de membranas y, durante el desarrollo embrionario es el lugar donde convergen las fuerzas que forman las membranas durales. El fulcro natural que hace de palanca para el resto de movimientos de los huesos craneales sobre sus suturas es la articulación esfenobasilar.
En un estado de salud completa el movimiento respiratorio primario se forma alrededor de estos fulcros naturales y es igual para todos. Este movimiento es conocido y percibido por el terapeuta cráneo-sacral.
En la mayoría de las personas se puede encontrar fulcros de movimiento erróneos y por tanto zonas fasciales o musculares, o tendinosas, etc. contraídas debido a muchos factores que luego intentaremos describir. Estas zonas que generan movimientos erróneos del impulso rítmico craneal se les llama fulcros inerciales. Debido a la falta de sensibilidad interior del cuerpo humano y a un mal global de la sociedad que se ha generalizado en una inconsciencia corporal en pro del estrés y el materialismo, todos o casi todos llevamos fulcros inerciales. Dependiendo de la cantidad y potencia de estos fulcros inerciales negativos, nuestra vida se verá afectada enormemente, aunque no nos demos cuenta.
Yo veo muy importante que todos nos revisemos nuestro sistema cráneo-sacral y nuestro sistema energético, para poner soluciones a esos puntos negros de nuestra salud que nos están afectando y seguirán haciéndolo hasta el resto de nuestros días. En realidad, con la intención y la voluntad se pueden mejorar muchos de estos puntos. Es absurdo que no ponga cada uno de nosotros su granito de arena para sanarse a sí mismo y así sanar el mundo. El cambio seria impresionante y maravilloso si uno a uno fuéramos teniendo la experiencia de eliminar esas cargas negativas y exponerlas a otros amigos que hicieran lo mismo, y así en una cadena el mundo viviría mucho mejor. Estos fulcros inerciales nos están afectando negativamente al cuerpo físico y energético y por tanto al cuerpo emocional, mental y espiritual.
Si no pulsa correctamente el sistema cráneo-sacral, no hay energía en todo el cuerpo por igual y esto es lo que yo hago con facilidad, aunque sea a distancia.
El porqué de los fulcros inerciales.
Los patrones de tensión y por tanto sus fulcros inerciales restringen el MRP y por tanto nuestra salud física, emocional, mental, espiritual y por tanto nuestra conexión con el ser interior.
Estos fulcros inerciales pueden ser debidos a lesiones físicas, traumas emocionales o mentales, contaminación ambiental, mala alimentación, factores genéticos, psicológicos e incluso, claro está, la sociedad y los principios morales y espirituales pueden afectar al buen MRP.
Por ejemplo, si no tenemos amor y aprecio a nuestras vidas, por algún motivo psicológico, nos han maltratado en la juventud, nos quedamos obsesionados por algún sentimiento de desprecio que hemos podido recibir o cualquier cosa y no nos queremos, pasará una cadena de desgracias y desajustes que nos será difícil percibir. Nos veremos envueltos en una cadena de actos inconscientes que se convertirán en ciclo vicioso de negatividades hasta que llegue un punto de inflexión y de cambio. Si no nos queremos nos haremos daño, con la alimentación, con el alcohol, con las drogas, tampoco querremos a los demás y entonces les haremos daño y nosotros solo cerraremos muchas puertas de gente que nos pudiera traer ayuda o consciencia. Cada vez vamos deprimiendo nuestras energías internas y nuestro MRP se ve afectado y bajo de calidad. Gastamos muchas energías en destruir y destruirnos y no nos damos cuenta. El estrés la ansiedad y un sinfín de circunstancias serán las responsables de muchas tensiones y fulcros inerciales que cada vez van afectando más a nuestro MRP y entras en una decadencia global que se convierte en un círculo vicioso incapaz de salir hasta que se realice un cambio importante en la vida. Todavía nos quedara una oportunidad en la vida para volver a ser el ser único y divino que éramos antes, claro está que con un gran trabajo personal. Todos esos fulcros inerciales tienen que ser limpiados y arreglados para que el MRP vuelva a su cauce original y tu poco a poco ir subiendo de niveles de vibración y vuelvas a ser tu mismo sin tantas cargas emocionales y energéticas que te as ido acarreando. A demás si tus fulcros inerciales desequilibran tu MRP, tu aura y tus membranas energéticas de protección se verán afectadas ante las energías negativas y todo tipo de defectos psicológicos, creando de nuevo un círculo vicioso de deterioro emocional, mental y espiritual. Este desajuste del MRP se convierte en el caldo de cultivo de todo tipo de enfermedades físicas y psicológicas, debido a la separación energética entre tu cuerpo, tu mente y tu espíritu.
TRAUMA FISICO
Las lesiones físicas es una de las clarísimas causas que crean un fulcro inercial en el cuerpo. Un corte profundo en la piel, una cicatriz de una operación crea una contracción en los tejidos que ya no disfrutarán de su buena conexión eléctrica y de comunicación neuronal que afectara a dicha zona e incluso a otras más distales. A parte de la comunicación energética con el sistema nervioso central tenemos que dichas cicatrices tiran de los tejidos circundantes creando patrones de tensión que influyen en el movimiento inherente de los tejidos órganos y al MRP. También existe la contracción involuntaria de los tejidos para la protección de funciones u órganos más importantes.
El impacto de una fuerza física crea una energía biocinética en el cuerpo que se quedara atrapada en los tejidos hasta que se disuelva. Ese golpe se encuentra con la resistencia de los tejidos y órganos del cuerpo y reduce su velocidad hasta que se para en un lugar concreto. Si el cuerpo es incapaz de disolver esa energía entrante esa fuerza traumática es tratada como un objeto extraño y, así los tejidos circundantes se contraen y la energía corporal del aura y del MRP se redirige hacia la zona traumática y así minimizar sus efectos. En muchas ocasiones el cuerpo no dispone de recursos suficientes o simplemente el traumatismo físico ha sido tan grande que se crea una zona energía cinética atrapada. En consecuencia, se crea un área de potencia biocinética separada de la totalidad y bloqueada que afectara al MRP circundante generando un fulcro inercial.
Esta contractura de tejidos o vector de fuerza atrapada produce adherencias en los tejidos, con la consecuencia de falta de movilidad, mala circulación con la consecuencia de acumulación de toxinas irritación nerviosa etc. Esto se convierte en una zona de debilidad y consumo constante de energía física y para ello el MRP se redirige hacia este quiste energético. En la mayoría de los casos será el cuerpo por si solo incapaz de solucionar el problema y se convierte en un traumatismo perpetuo.
Los escases y la falta del movimiento respiratorio primario en distintas partes del cuerpo denotan un bloqueo energético y un fulcro inercial. Ese bloqueo energético es debido en la mayoría de los casos a una falta de asimilación de procesos mentales y emocionales. Según la zona bloqueada y por tanto con un fulcro inercial, denotara una emoción sentimiento en particular. Por ejemplo, los fulcros inerciales en las piernas y caderas tendrán que ver con los sentimientos típicos del primer chakra o chakra raíz, la seguridad material, la sexualidad y la conexión con la tierra. Si el fulcro inercial lo tenemos en la zona del abdomen el sentimiento bloqueado serán las emociones y el poder personal, típico del tercer chakra. Si el fulcro inercial lo tenemos en la zona de la garganta o el pecho el sentimiento bloqueados serán los del amor y la expresión de los sentimientos. Si el fulcro inercial se encuentra en la cabeza responderá a pensamientos y sentimientos espirituales bloqueados. Cualquier fulcro inercial desviado de la zona media del cuerpo puede generar en un fallo de energía capaz de formar una brecha o defecto en el aura humana que se convierte en una puerta abierta a todo tipo de energías negativas acorde a la zona en particular.
Si tenemos un fulcro inercial en la articulación esfenobasilar, seguro que conlleva influencias negativas o mecánicas a otras partes del cuerpo. Las fascias y los tejidos conectivos se mantienen en tensiones constantes que consumen tu energía y te desvían del centro de tu Ser.
Una persona que tenga paz interior, equilibrio mental, confianza, energía, felicidad y emociones controladas tendrá un movimiento respiratorio equilibrado y constante, lo cual es muy difícil en estos días o poco usual.
En resumen, el movimiento respiratorio primario está muy directamente relacionado con la salud física, emocional, mental y espiritual.
También podemos decir que la fase de la flexión o llenado craneosacral está muy relacionada con la extroversión y la acción y la fase de vaciado y extensión con la pasividad y la introversión.
También podemos definir la depresión como un problema en la articulación esfenobasilar y la base del cráneo, con algún toque en la columna vertebral. En definitiva, cualquier bloqueo o fulcro inercial craneosacral tiene una relación directa con la energía física, emocional, mental y espiritual de la persona.
Además, si esos fallos de energía producen patrones fisiológicos, estos repercuten en los patrones emocionales que causaron el defecto y así en un círculo vicioso muy difícil de que uno se dé realmente cuenta de donde esta y sea consciente del asunto. La consciencia es una de las llaves maestras para nuestro desarrollo como personas evolucionadas y la salud física, mental y emocional. Es como un hilo que tira del otro y esta tira del otro en un asunto global e íntegro, como si fuera un globo en donde un pequeño poro en cualquier parte deshinchará el globo sin lugar a dudas.
Claro está que un estudio serio y responsable sobre estos asuntos seria largo y costoso. El mundo en general tendrá que evolucionar mucho más para llegar a entender estos niveles de anergia y salud tan sutiles.
En resumen, los fulcros inerciales son puntos de referencia utilizados en la terapia craneosacral para facilitar los movimientos sutiles del sistema craneosacral. Estos puntos de apoyo permiten la liberación de tensiones y restricciones, promoviendo el equilibrio y la autorregulación en el cuerpo. Su aplicación requiere habilidad y sensibilidad por parte del terapeuta para adaptarse a las necesidades individuales del paciente.