14- Impulso rítmico craneal
El impulso rítmico craneal (IRC) es un fenómeno fisiológico que se percibe en el sistema craneosacral durante una sesión de terapia craneosacral. Se refiere al movimiento sutil y rítmico que se origina en la producción y reabsorción del líquido cefalorraquídeo (LCR) en el cerebro y la médula espinal.
El IRC se describe como un movimiento de expansión y contracción que se propaga a través de las estructuras craneales, las membranas meníngeas y la médula espinal. Este ritmo se considera un indicador de la salud y el equilibrio del sistema craneosacral. Se cree que cuando el IRC está equilibrado y fluido, contribuye al funcionamiento adecuado del sistema nervioso central y a la salud en general.
Durante una sesión de terapia craneosacral, el terapeuta utiliza su capacidad de palpación y sensibilidad para percibir y evaluar el IRC. El objetivo es detectar cualquier restricción, bloqueo o desequilibrio en el movimiento del IRC y utilizar técnicas específicas para restaurar su fluidez y armonía. Esto se logra a través de suaves manipulaciones y liberaciones que ayudan a relajar las tensiones y facilitar el movimiento natural del líquido cefalorraquídeo.
La percepción y el trabajo con el IRC requieren habilidad y experiencia por parte del terapeuta craneosacral. Cada individuo puede presentar variaciones en su ritmo craneal y es importante adaptar las técnicas y enfoques de tratamiento a las necesidades específicas de cada persona.
Yo personalmente uso el impulso rítmico craneal, o movimiento respiratorio primario para seguir esa fluctuación energética por el aura de la persona y, así percibo cinestésicamente los nudos de energía o quistes energéticos. Una vez localizado ese torbellino de energía retorcida y, que puede adoptar diferentes formas y tamaños, se procede a su disolución y limpieza. Después de tiene que recargar la zona del aura afectada y, volver a realizar esta sanación en los próximos días, para asegurar que esa zona del aura quede reflejando correctamente las mareas internas del ser humano.
Si fortalecemos el campo de energía humano, la salud integral e innata del ser humano se realiza de forma automática.
Estoy totalmente convencido que con estas cuatro técnicas a aplicar se obtienen resultados verdaderamente asombrosos y que, con cualquier otra terapia manual directamente en el cuerpo, parece una labor ardua, sino imposible.
Como se observa en estas ilustraciones los nervios espinales irradian a todos nuestros órganos, a través de los agujeros interespinales. Pues cuanto mejor sea la energía de nuestra aura, mejor tendremos las mareas energéticas de nuestro cuerpo y mejor será la comunicación neuronal y nerviosa de nuestro cuerpo. Los nervios espinales son la base de nuestra salud. Si en nuestra aura tenemos muchos nudos de energía, éstos tiran del tejido fascial y a la vez afectarán a los nervios espinales, mediante las tensiones reciprocas que tenemos en todo nuestro organismo.
Toda tensión muscular, enfermedad o cualquier cosa, tiene su contrapartida en el campo energético humano. Casi todas las personas tienen muchos nudos o quistes de energía que, sin darse cuenta, los llevan por muchos años o por siempre, debilitando su campo de energía. Estas tensiones afectan sin lugar a dudas de forma sutil a la salud integral de la persona.
También se ha sugerido que el impulso rítmico craneal (IRC) está producido por una contracción muscular involuntaria que crea un movimiento rítmico en los huesos craneales y en el sistema nervioso central. Y otros especialistas dicen que el IRC está producido por una combinación de muchos factores distintos, entre los que se incluyen la respiración pulmonar y las pulsaciones arteriales. La teoría del arrastre sugiere que existen una serie de movimientos y pulsaciones producidos tanto por el paciente como por el terapeuta9. Es posible que se cree un ritmo coherente a medida que sus pulsaciones se armonizan.
Está claro que éste es un tema que requiere nuevas investigaciones. Sin embargo, no cabe duda de que este movimiento rítmico es un fenómeno real y palpable. Cualesquiera que sean los mecanismos concretos que producen o extienden el IRC, la pregunta permanece: ¿qué mueve esos mecanismos?
Si queremos investigar el verdadero origen de este movimiento, el argumento de mayor peso nos lleva a reconocer la crucial presencia de una fuerza vital subyacente, la potencia del Aliento de Vida. Destaco la importancia de este punto porque los que tienen una orientación más mecanicista no suelen incluirlo.
En resumen: la expresión rítmica más externa del Aliento de Vida se denomina impulso rítmico craneal (IRC). El modo concreto que tiene de manifestarse en el cuerpo se denomina movimiento craneosacral. En el nivel del IRC es don de la mayoría de la gente tiene su primera experiencia del movimiento respiratorio primario. Muchos terapeutas enfocan aquí su trabajo. Sin embargo, también hay movimientos rítmicos más lentos y profundos que subyacen al IRC.
Estos movimientos se organizan alrededor de «fulcros naturales». Su núcleo central es la línea media, el notocordo embriológico, y desde él se forman otros fulcros que centran el movimiento de las diferentes estructuras como son:
El fulcro de Sutherland o seno recto para las membranas de tensión recíproca. -La articulación esfeno basilar para los huesos del cráneo. -La lamina terminalis para el sistema nervioso central. -La vértebra cervical C2 para el fluido cerebro espinal.
Los escases y la falta del movimiento respiratorio primario en distintas partes del cuerpo denotan un bloqueo energético y un fulcro inercial. Ese bloqueo energético es debido en la mayoría de los casos a una falta de asimilación de procesos mentales y emocionales.
Según la zona bloqueada y por tanto con su fulcro inercial, seguramente sea una emoción o sentimiento en particular. Por ejemplo, los fulcros inerciales en las piernas y caderas tendrán que ver con los sentimientos típicos del primer chakra o chakra raíz, la seguridad material, la sexualidad y la conexión con la tierra. Si el fulcro inercial lo tenemos en la zona del abdomen el sentimiento bloqueado serán las emociones y el poder personal, típico del tercer chakra. Si el fulcro inercial lo tenemos en la zona de la garganta o el pecho el sentimiento bloqueados serán los del amor y la expresión de los sentimientos. Si el fulcro inercial se encuentra en la cabeza responderá a pensamientos y sentimientos espirituales bloqueados. Cualquier fulcro inercial desviado de la zona media del cuerpo puede generar en un fallo de energía capaz de formar una brecha o defecto en el aura humana que se convierte en una puerta abierta a todo tipo de energías negativas acorde a la zona en particular.
Si tenemos un fulcro inercial en la articulación esfenobasilar, seguro que conlleva influencias negativas o mecánicas a otras partes del cuerpo. Las fascias y los tejidos conectivos se mantienen en tensiones constantes que consumen tu energía y te desvían del centro de tu Ser.
Una persona que tenga paz interior, equilibrio mental, confianza, energía, felicidad y emociones controladas tendrá un movimiento respiratorio equilibrado y constante, lo cual es muy difícil en estos días o poco usual.
En resumen, el movimiento respiratorio primario está muy directamente relacionado con la salud física, emocional, mental y espiritual.
También podemos decir que la fase de la flexión o llenado craneosacral está muy relacionada con la extroversión y la acción y la fase de vaciado y extensión con la pasividad y la introversión.
También podemos definir la depresión como un problema en la articulación esfenobasilar y la base del cráneo, con algún toque en la columna vertebral. En definitiva, cualquier bloqueo o fulcro inercial craneosacral tiene una relación directa con la energía física, emocional, mental y espiritual de la persona.
Además, si esos fallos de energía producen patrones fisiológicos, estos repercuten en los patrones emocionales que causaron el defecto y así en un círculo vicioso muy difícil de que uno se dé realmente cuenta de dónde está y sea consciente del asunto. La consciencia es una de las llaves maestras para nuestro desarrollo como personas evolucionadas y la salud física, mental y emocional. Es como un hilo que tira del otro y esta tira del otro en un asunto global e íntegro, como si fuera un globo en donde un pequeño poro en cualquier parte deshinchará el globo sin lugar a dudas.
Claro está que un estudio serio y responsable sobre estos asuntos seria largo y costoso. El mundo en general tendrá que evolucionar mucho más para llegar a entender estos niveles de anergia y salud tan sutiles.
EL IMPULSO CRANEAL RITMICO Y EL MECANISMO RESPIRATORIO PRIMARIO
El cuerpo humano como muchas partes del universo posee una actividad rítmica. Por ejemplo, recordemos los ritmos del electroencefalograma o del electrocardiograma o simplemente de la actividad vascular o respiratoria, o el peristaltismo. También tenemos otros ritmos en diferentes tejidos y a diferentes niveles.
Toda la naturaleza está basada en ritmos o flujos y reflujos, las mareas alta y baja, el sol, la luna, las plantas hasta las piedras y cristales disponen de una pulsación rítmica, como el pulso del cristal de cuarzo. Desde lo más microscópico hasta lo más macroscópico, o sea desde lo microcósmico hasta lo microcósmico, está regido por ritmos más o menos sutiles.
En especial vamos a estudiar el movimiento rítmico craneal, llamado también movimiento respiratorio primario. Todos estos movimientos fisiológicos forman parte del movimiento inherente a la vida. Todos los organismos vivos presentan movimientos inherentes que llamaremos movimiento fisiológico, como es el ritmo cardiovascular, el de la respiración, el peristaltismo entre otros y el ritmo cráneo-sacral que es el que nos ocupa.
Esta sensación llamada impulso craneal rítmico, es el resultado del mecanismo respiratorio primario. Sutherland postuló la existencia de este mecanismo respiratorio primario, formado por los siguientes cinco puntos:
Movilidad inherente del cerebro y de la médula espinal.
El cerebro parece tener un movimiento inherente, observable mediante una craneotomía. Esta movilidad ha sido descrita como un enrollamiento y desenrollamiento de los hemisferios cerebrales, a la vez que el movimiento respiratorio primario activa la articulación esfeno-basilar.
Durante el proceso de desenrollamiento los hemisferios cerebrales parecen oscilar hacia arriba, al tiempo que los huesos impares se mueven hacia la flexión y los pares hacia la rotación externa. Durante el proceso de enrollamiento los hemisferios cerebrales descienden, los huesos impares hacen extensión y los pares hacen rotación interna.
Fluctuación del líquido cefalorraquídeo (LCR).
El LCR se forma en las vesículas de los ventrículos laterales y fluye a través del tercer y del cuarto ventrículos, hasta las cisternas del cráneo y a lo largo de todo el canal medular. Este líquido es de vital importancia y aparece en pequeñas proporciones en muchas fascias a lo largo y ancho del cuerpo.
Este líquido circula en el interior de la aracnoides, capa hueca que se encuentra en la parte intermedia del tejido fascial y por supuesto en los nervios espinales. La fabricación de este líquido por los plexos coroideos está bien organizada para que se realice de una manera pulsátil y rítmica.
Movilidad de las membranas intracraneales e intraespinales.
La hoz del cerebro, la hoz del cerebelo y la tienda del cerebelo son apéndices de la dura madre intracraneal. Las fibras de estas membranas presentan un patrón peculiar e intrincado, que sugiere bandas de tensión.
Las membranas intracraneales se encuentran permanentemente sometidas a tensiones dinámicas, de forma que el cambio en una de ellas exige algún tipo de adaptación en otra.
Durante la flexión esfeno-basilar, la tienda del cerebelo desciende y se aplana y la hoz del cerebro se acorta de delante hacia detrás. En la extensión esfeno-basilar ocurre todo lo contrario.
Las membranas intracraneales conectan con las membranas intraespinales debido a su continuidad desde el agujero occipital hasta el sacro. El movimiento del agujero occipital altera la tensión en las superficies anterior y posterior de la dura madre espinal, provocando la movilidad del sacro entre los iliacos.
Los huesos craneales y las suturas están íntimamente unidos a la dura madre y ambos contienen elementos vasculares y nerviosos.
La amplitud de movilidad de una sutura parece imperceptible, pero la amplitud de movimiento de varias suturas es fácilmente palpable.
La frecuencia normal del ritmo craneal oscilara entre 6 y 12 pulsos por minuto.
El ritmo cardiaco es de 60-70 pulsaciones por minuto y el respiratorio puede estar entre 10 y 20 respiraciones por minuto.
Algunos senos vasculares de la cabeza pueden darnos pulsaciones en la mano y no hay que confundirlos con el ritmo cráneo sacral.
En cuanto a la presión de desarrollo es muy parecida a la de la linfa que es de unos 8 milímetros de mercurio de presión.
La flexión y la extensión esfeno-basilar pueden verse influidas por la actividad respiratoria.
Pues parece que están directamente relacionadas. La inspiración aumenta la flexión esfeno-basilar y la espiración favorece la extensión.
La tienda del cerebelo puede ser considerada el diafragma del mecanismo cráneo-sacro. La tienda del cerebelo desciende y se aplana durante la inspiración. Parece que el diafragma pélvico y toraco-abdominal hace movimientos parecidos.
La salud de estos diafragmas está relacionada con la extensión y flexión del movimiento cráneo-sacro.
El ajuste del ritmo cráneo sacral también estará basado principalmente en la intención, en unas técnicas de sensibilidad y de voluntad mental que mediante nuestra concentración haremos que el IRC recobre su movimiento fluido.
En las fases del ritmo cráneo-sacral se produce una suave tracción intermitente de la dura espinal, generando una oscilación en el sacro.
Trataremos de que el movimiento del occipital este en armonía con el movimiento del sacro. Ambos están sincronizados y cuando el occipital hace flexión craneal, o sea el llenado, la apertura o ligera bajada, el sacro también ara el llenado, la apertura y bajara la parte superior un poco, haciendo el movimiento de retroversión de la pelvis.
La evaluación del paciente se puede realizar mediante la escucha, mediante la movilización y mediante el tacto.
Aquí profundizaremos en la escucha que también se percibe una movilidad y un tacto pero a nivel mucho más fino.
La escucha del movimiento respiratorio primario y por tanto la búsqueda de la lesión se hará de forma manual. Se trata de percibir el fallo de energía que puede haber en los tejidos en las fascias debido a diferentes traumatismos sufridos por un individuo.
Ya sabemos que el tejido fascial tiene la memoria tisular y que nuestro propósito es percibir los fulcros inerciales y las zonas de débil o nulo movimiento respiratorio primario y así detectar las huellas de las lesiones.
Para una buena evaluación tendremos que tener un contacto mínimo y intentar percibir micro movimientos de alrededor de una micra. Tenemos que estar en sintonía con el paciente y una aptitud mental de neutralidad, sin juicios ni prejuicios.
Tenemos que tener las manos templadas y colocarlas en el cuerpo en forma plana con un contacto amplio. La mano descansa en el cuerpo por su peso y se adhiere a este como una ventosa en unión energética. El paciente estará en decúbito prono y relajado. Lo mejor en hacer el contacto con la piel, pero es posible que algunos terapeutas lo puedan realizar con ropa puesta.
La lectura que nos da los tejidos la tenemos que hacer totalmente neutral, sin ninguna idea preconcebida y de forma pasiva y simplemente a la escucha.
Tenemos que percibir el ritmo del paciente, sin interponer el nuestro o las que las prisas nos impacienten.
Pondremos toda nuestra atención en lo que sucede en los tejidos subyacentes con la máxima disponibilidad y concentración.
Percibiremos la temperatura de los tejidos, la textura el movimiento y el ritmo. Como normales tendremos los valores habituales que con la práctica y experiencia hemos adquirido.
Notaremos la flexibilidad de la piel y si percibimos una atracción preferencial hacia una determinada zona en la mayoría de los casos significara la dirección de una lesión. El traumatismo de los tejidos conjuntivos ha creado un vector preferencial de tensión. Seguiremos la dirección del movimiento que nos marca dicho vector para llegar al punto central de la lesión. Probaremos un poco en ir en sentido inverso de la lesión para percibir una mayor restricción de movimiento.
En grandes rasgos la escucha será igual en cualquier parte del cuerpo, aunque cada terapeuta puede tener sus particularidades y su técnica especial.
Yo en particular mi escucha está basada en la energía de los fluidos y de los tejidos y no toco al paciente, solo toco el aura y mis manos siguen la pulsación energética. A mí me va muy bien y percibo muchas sutilezas de los tejidos y de las lesiones. Para mí las lesiones y tensiones adquieren otra dimensión más holográfica y multidimensional.
Yo coloco mis manos en el aire y pensando en la articulación en concreto y me sintonizo con las tensiones de los tejidos y las manos se colocan en su patrón inercial y luego se mueven en su respiración, Por ejemplo el esfenoides es posible que este en rotación derecha en su posición relajada, “o sea los tejidos y sus tensiones quieren poner al esferoides o lo ponen en rotación derecha y cuando respira o inhala se coloca en su posición correcta y de nuevo en la espiración va a la posición patológica y ahí se queda como posición neutra”
Yo así lo veo y así lo siento. Mi campo energético se acopla al suyo y mis manos se colocan según las tensiones de los tejidos. Es como si dejara que los propioceptores de los músculos y de las articulaciones pusieran mis manos y mi brazo en la posición de la energía y de las líneas de tensión de los tejidos del paciente.
En la mayoría de los casos sigo el movimiento respiratorio del paciente y a la segunda inhalación las manos se me quedan pegadas al paciente realizando una parada u punto CV4, realizando un intercambio de energía y recargando su sistema fascial, para al rato volver a respirar con mejor ritmo y amplitud.
Yo creo que esto sucede porque muchas veces tengo el chakra del entrecejo y de la coronilla abierto y después de una escucha el ritmo craneosacral se para mis manos se quedan pegadas y hay que esperar un rato para que vuelca el ritmo craneosacral mucho mejor. Esto sucede para con los demás y para conmigo mismo, ya que yo llevo años realizando en mi cuerpo estas percepciones y siempre hay un mejor ritmo que tomar y unos tejidos que arreglar. Aunque haya realizado 100 paradas en mis rodillas o en mis caderas siempre le será bueno que algún día vuelva a esa zona y escuche el ritmo, casi con seguridad después de un par de respiraciones se parara el ritmo él solo, mis manos se pegaran y se fundirán en el cuerpo y habrá que esperar unos minutos hasta que vuelva el ritmo craneosacral y entonces será la 101 vez que realice un tratamiento craneosacral a mi rodilla.
Yo puedo hablar de mí, ya que con otra persona es muy difícil hacer tantos tratamiento, debido a la disponibilidad de tiempo entre otras cosas, pero supongo que todos podemos absorber miles de tratamientos craneosacral muy beneficiosos todos para nuestra salud, físico, mental y emocional. Claro está que es una terapia tan profunda como sutil.
Podemos hablar de realizar la escucha en las extremidades superiores de tal manera o de tal forma, en las extremidades inferiores, así o asa. También podemos escribir y escribir como realizar la escucha en la cabeza, en el tronco, etc., pero al final será siempre lo mismo, escucha el ritmo, síguelo varios ciclos, intentando que sea mas grande y seguro que lo demás ya vendrá solo, vendrá una parada del ritmo, vendrá una trasmisión de energía y al rato volverá el ritmo craneosacral con mejor ritmo y amplitud.
Lo mejor es escuchar nuestro cuerpo y nuestra intuición y dejarse llevar por la sabiduría innata de nuestro cuerpo-mente.
Yo personalmente uso el impulso rítmico craneal, o movimiento respiratorio primario para seguir esa fluctuación energética por el aura de la persona y, así percibo cinestésicamente los nudos de energía o quistes energéticos. Una vez localizado ese torbellino de energía retorcida y, que puede adoptar diferentes formas y tamaños, se procede a su disolución y limpieza. Después de tiene que recargar la zona del aura afectada y, volver a realizar esta sanación en los próximos días, para asegurar que esa zona del aura quede reflejando correctamente las mareas internas del ser humano.
Si fortalecemos el campo de energía humano, la salud integral e innata del ser humano se realiza de forma automática.
Estoy totalmente convencido que con estas cuatro técnicas a aplicar se obtienen resultados verdaderamente asombrosos y, que, con cualquier otra terapia manual directamente en el cuerpo, parece una labor ardua, sino imposible.
Como se observa en estas ilustraciones los nervios espinales irradian a todos nuestros órganos, a través de los agujeros interespinales. Pues cuanto mejor sea la energía de nuestra aura, mejor tendremos las mareas energéticas de nuestro cuerpo y mejor será la comunicación neuronal y nerviosa de nuestro cuerpo. Los nervios espinales son la base de nuestra salud. Si en nuestra aura tenemos muchos nudos de energía, éstos tiran del tejido fascial y a la vez afectarán a los nervios espinales, mediante las tensiones reciprocas que tenemos en todo nuestro organismo.
Toda tensión muscular, enfermedad o cualquier cosa, tiene su contrapartida en el campo energético humano. Casi todas las personas tienen muchos nudos o quistes de energía que sin darse cuenta, los llevan por muchos años o por siempre, debilitando su campo de energía. Estas tensiones afectan sin lugar a dudas de forma sutil a la salud integral de la persona.
En resumen, el impulso rítmico craneal es un movimiento sutil y rítmico que se percibe en el sistema craneosacral y se origina en la producción y reabsorción del líquido cefalorraquídeo. Es un indicador de la salud y el equilibrio del sistema y la terapia craneosacral se enfoca en detectar y restaurar la fluidez y armonía del IRC para promover la salud y el bienestar general.
Así que yo, Juan Carlos LLuch, diría que la medicina del mañana se fundamentara en sanar y limpiar el campo de energía humana y dejar que el cuerpo-alma-espíritu realice los ajustes necesarios en el cuerpo físico.