18- Compresión de SEB
La compresión de la sincondrosis esfenobasilar (SEB) craneosacral se refiere a una condición en la cual hay una presión excesiva o una restricción en la articulación entre el hueso esfenoides y la porción basal del hueso occipital.
En la terapia craneosacral, el terapeuta puede detectar la compresión de la SEB mediante la palpación y la observación de la movilidad de los huesos del cráneo. Esta compresión puede manifestarse como una disminución en la amplitud de movimiento o una sensación de rigidez en la articulación.
La compresión de la SEB puede tener diferentes causas, como traumatismos craneales, tensiones musculares, estrés emocional o posturas incorrectas. Esta condición puede afectar el flujo adecuado de líquido cefalorraquídeo y la función del sistema nervioso central, lo que puede dar lugar a diversos síntomas y disfunciones en el organismo.
En la terapia craneosacral, el terapeuta utiliza técnicas suaves y sutiles para liberar la compresión de la SEB y restaurar la movilidad normal en la articulación. Esto se realiza a través de movimientos y presiones suaves en el cráneo y la columna vertebral, permitiendo que los huesos y tejidos se relajen y se reajusten.
Al liberar la compresión de la SEB, se puede promover la salud y el equilibrio en el sistema nervioso, el sistema musculoesquelético y otros sistemas del cuerpo. Esto puede aliviar el dolor, mejorar la función de los órganos, aumentar la vitalidad y promover la autocuración del organismo.
Es cuando, tras una impactación traumática la sincondrosis pierde la movilidad y hay un aplastamiento del esfenoides y el occipital, sobre su articulación esfeno-basilar.
No hay movilidad alguna y es muy grave la lesión por la enorme presión craneal que se produce. El LCR al no encontrar un mecanismo de absorción de la presión a través de la articulación esfeno-basilar se produce una gran presión sobre todo en la región temporal.
Ya no existe el movimiento de flexo-extensión craneal. La articulación esfeno-basilar está en impactación, bloqueada o esclerotizada.
Aquí no hay movilidad de los huesos craneales, cosa que en las otras lesiones del esfenoides si podía existir un movimiento, aunque distorsionado. Tenemos que tratar de descomprimir la articulación esfeno-basilar.
Trataremos de traccionar la articulación esfeno-basilar verticalmente. Notaremos como los tejidos van cediendo a mi tracción y no la soltaré hasta que se halla liberado lo más posible. Luego volveré a sentir su movimiento fisiológico. Volveré a hacer varias paradas a ambas alas del esfenoides hasta que éste se haya desencastrado de su entalladura.
Nos costará varias sesiones y durante varios días el conseguir que su entalladura esfeno-basilar se descomprima. Tendremos que poner toda nuestra atención en la articulación esfeno-basilar para desatar el nudo y la presión allí existente.
Una vez hayamos conseguido liberar un poco esta lesión de compresión, nos encontraremos con otro tipo de lesión del esfenoides, tal vez hayamos conseguido desencastrar el lado derecho de la articulación esfeno-basilar y empiece a respirar dicha parte de la articulación.
Muy bien ya hemos conseguido liberar un poco el bloqueo esfeno-basilar y entonces tendremos que seguir con el proceso, para ahora liberar el lado izquierdo de la sincondrosis.
Con esto quiero decir que cualquier lesión del esfenoides y en especial la de compactación requiere de un trabajo lo más constante y profundo posible. Conseguiremos avances en una sesión, pero tenemos que ser frecuentes en el tratamiento, por lo menos una vez a la semana, para afianzar y ajustar el conjunto de las membranas craneales y de las suturas.
Como todas las suturas craneales se encuentran agarrotadas, tendremos que ir liberando una a una cada sutura y cada movimiento de cada hueso craneal.
Seguramente las personas con lesión de impactación serán pacientes con serios trastornos patológicos de cualquier clase. Enfermedades de todo tipo, por ejemplo, las relacionadas con las articulaciones, con los huesos y músculos, enfermedades mentales, viscerales e incluso por patologías desconocidas. En estos casos la necesidad principal del paciente reside en devolver su movimiento respiratorio primario a todo el organismo, sobre todo a su sistema craneal.
Es típico en los niños autistas que a veces se dan golpes en la cabeza como alivio para ajustarse su articulación esfeno-basilar. En estos niños el tirón de orejas le puede aliviar mucho.
En estados Unidos existe un colegia de autistas en donde los profesores reciben enseñanza cráneo-sacral para aliviar los males de estos niños, teniendo gran éxito. Estos niños tienen una gran facilidad para asimilar conceptos difíciles, como los matemáticos y al contrario los fáciles les resultan muy dificultosos. Esto es por el exceso de presión en los temporales, por eso el desbloqueo del tirón de orejas es de gran ayuda.
En el proceso de unwinding o desenroscamiento es muy importante el escuchar el esfenoides, prestar atención a este proceso que nos dirá el eje de rotación del esfenoides, para después corregirlo.
COMPRESION DE LA BASE DEL CRANEO O COMPRESION ESFENOBASILAR
En comparación con las disfunciones de la base del cráneo o de la articulación esfeno basilar la compresión es una de las más patológica, sino la más. Sus efectos fisiológicos y psíquicos son muy notables. Si no puede respirar en su IRC la articulación esfeno basilar no hay energía, no hay masaje interno a los tejidos y glándulas, no hay buena circulación sanguínea y sí que hay un gran agujero en el aura por donde puede entrar todo tipo de energías negativas. Un ejemplo típico son las depresiones, que estoy seguro que en más de un 80 por ciento de los casos tiene una relación directa y principal en la articulación esfeno basilar y en todo su sistema membranoso y, en consecuencia, todo el sistema limbito y neuronal del cerebro y cerebelo.
Antiguamente o tradicionalmente la osteopatía craneal enseño que la compresión esfeno basilar consiste en un impacto recibido en dicha articulación. Hoy en día preferimos incluir a todos los huesos o sus partes de la base del cráneo o las suturas o las membranas como causantes de la compresión esfeno basilar, sea por un traumatismo físico o psicológico o genético o viral o durante el parto. Por tanto, si el hueso frontal o temporal o parietal o la hoz del cerebro es la causante de esa compresión de la base del cráneo, trataremos por todos los medios liberar y volver a resurgir ese IRC, tan necesario para la correcta salud físico mental y espiritual.
Procedimiento para desbloquear la base del cráneo.
Después de haber sentido el IRC durante varios ciclos, procederemos a realizar una de las tomas del cráneo. Después con suavidad y atención procederemos a comprimir la cabeza del paciente en una dirección antero posterior. Se trata de exagerar aún más la compresión tanto con la intención como con una presión en todo el cráneo. Se mantiene ahí durante varias respiraciones del IRC, hasta que se produzca un ensanchamiento lateral de la base del cráneo, esto lo percibiremos como una liberación de esa fuerza compresiva, Tal vez la articulación esfeno basilar adopte algún patrón de torsión o tensión lateral o vertical, etc… En este punto hay que tomar una decisión, si seguir suavemente ese patrón de torsión ejerciendo un poco más de compresión hasta que se produzca un ensanchamiento lateral de la base del cráneo, síntoma de una liberación, o cesar la compresión y usar otras técnicas.
El tiempo y la magnitud de la fuerza compresiva antero posterior dependerá de cada paciente y de cada terapeuta. Se empieza suave durante unos 30 ó 40 segundos y si no se percibe liberación se aumentará la fuerza hasta un punto razonable, como máximo un kilo de presión. Si no se percibe liberación soltaremos suavemente y volveremos a realizar la manipulación un poco más tarde. Hay que hacer la maniobra tan despacio y consciente para que la cabeza del paciente responda. También se puede comunicar con los tejidos del paciente pidiéndole su liberación. Mantente muy alerta de los cambios sutiles.
Después de este proceso de exageración de la compresión procederemos a descomprimir el esfenoides con nuestros dedos pulgares en cada ala mayor del esfenoides y con una sujeción de la bóveda craneal realizamos una fuerza en dirección anterior. El paciente en decúbito supino y empujando el esfenoides en dirección al techo de la sala. De nuevo la fuerza será suave, despacio y con mucha atención en la articulación esfeno basilar. Cuando percibamos la liberación esfeno basilar y como el occipital se acopla en una mejor posición, relajaremos esa fuerza en las alas mayores del esfenoides y le dejamos que repose unos segundos. Volveremos a realizar la maniobra varias veces si es necesario. En este caso la fuerza no será superior a medio kilo de presión. Si quisiéramos después de una descompresión realizar un desanudamiento energético de la cabeza del paciente y después volver a realizar la descompresión esfeno basilar, será de gran ayuda para disolver las tensiones de las membranas internas del cráneo. Es posible que aparezcan otros patrones de lesión que se tendrán que tratar por separado y a posteriori. El terapeuta tiene que percibir como una resistencia elástica y colocar al occipital en su mejor enclave, o mejor dicho permitir que el occipital se acople en su posición idónea. El terapeuta tiene que usar su mejor sujeción del occipital o base del cráneo para poder percibir correctamente.
Durante la descompresión se desbloquean las suturas del cráneo y se produce un estiramiento de la dura madre intracraneal, justo con los tejidos faciales y demás. Estas estructuras de membranas tienen inserciones en los huesos craneales esta descompresión servirá para mejorar el riego sanguíneo del seno recto y sagital entre otros tantos beneficios. Con la práctica entenderemos mejor lo que se siente.
Descompresión lateral de la base del cráneo
El pabellón auricular de las orejas se inserta en el conducto auditivo óseo de los temporales. Para movilizar y desbloquear los huesos temporales de la base del cráneo realizaremos la técnica del tirón de orejas. Hablaremos con el paciente y le explicaremos la técnica que vamos a realizar.
El terapeuta realiza un tirón de orejas suave en dirección longitudinalmente con respecto al peñasco y un poco posterior. El empuje o tirón se realiza bilateralmente de modo uniforme y viajando al interior de los temporales y sus suturas percibiremos como todas las suturas se descomprimen. La sutura occipitomastoidea, la sutura esfeno temporal, la temporo occipital y la unión medial entre los peñascos del temporal y la región esfenobasilar.
La fuerza aplicada dependerá del paciente y el terapeuta, aunque siempre es mucho mejor un tirón pequeño durante un periodo de tiempo prolongado. Este tirón no tiene que generar rigidez ni tensión refleja en los tejidos o en el paciente
Compresión de la S.E.B
Se le da este nombre a la disfunción por una compresión de la SEB en el plano antero-posterior entre el esfenoides y el occipital, aunque también puede observarse esta compresión desde cualquier otro plano. No existen ejes de movimiento, dado que la compresión puede disminuir o incluso detener el movimiento natural de flexión-extensión. Es la disfunción más grave de las anteriores. Gravedad de la disfunción: (de 1 a 5)
Puede ser generada por causas diversas como: traumatismos en la cabeza o en el nacimiento (fórceps o fuertes compresiones) adherencias o inflamaciones en la membrana dural, compresión de los cóndilos occipitales, caídas sobre el cóccix y grandes compresiones sacro-lumbares, así como por traumatismo emocional. En la compresión se suele notar que tanto la frente como el occipital están verticales. Posibles síntomas clínicos: profunda depresión, autismo, alergias, ciática, disfunciones metabólicas.
Para testar la compresión: se requiere de mayor experiencia que en las anteriores, porque la movilidad en la SEB permanece reducida o anulada y no se puede comparar con la dirección del movimiento contrario como en flexión-extensión, rotación derecha con izquierda, etc. Desde la posición de bóveda, el índice situado sobre las alas mayores del esfenoides se mueve hacia el plano posterior, hacia el suelo, si bien en una compresión verdadera no se apreciaría apenas desplazamiento. La corrección se buscará en las alas del esfenoides hacia el plano anterior, hacia el techo. El occipital permanecerá estabilizado o bien se inducirá simultáneamente hacia el plano posterior, hacia el suelo.
En resumen, la compresión de la sincondrosis esfenobasilar (SEB) craneosacral es una condición en la cual hay una presión excesiva o restricción en la articulación entre el hueso esfenoides y la porción basal del hueso occipital. En la terapia craneosacral, se trabajará para liberar esta compresión y restaurar la movilidad normal en la articulación, lo que puede tener beneficios para la salud y el bienestar general.