28- Diafragma clavicular
El diafragma clavicular es un término utilizado en algunos enfoques de terapia corporal para referirse a un patrón de respiración ineficiente y superficial. Se caracteriza por una elevación excesiva de los hombros y la clavícula durante la inhalación, en lugar de una expansión adecuada del diafragma y la caja torácica.
Cuando una persona utiliza predominantemente el diafragma clavicular para respirar, los músculos del cuello y los hombros se tensan innecesariamente, lo que puede generar restricciones en la movilidad de la caja torácica y dificultad para respirar profundamente. Este tipo de respiración superficial a menudo está asociado con el estrés, la ansiedad y la falta de conciencia corporal.
Es importante señalar que el patrón de respiración diafragmática es el más adecuado y beneficioso para la salud y el bienestar. La respiración diafragmática implica una expansión completa del diafragma hacia abajo durante la inhalación, lo que permite una mayor capacidad pulmonar y una oxigenación más eficiente del cuerpo. Al exhalar, el diafragma se relaja y vuelve a su posición de reposo.
Si una persona presenta un patrón de respiración clavicular, es recomendable buscar técnicas de respiración y ejercicios que promuevan una respiración más profunda y consciente. Estos pueden incluir prácticas de respiración abdominal, ejercicios de relajación y técnicas de conciencia corporal. La terapia corporal y la atención profesional pueden ser beneficiosas para abordar y corregir los patrones de respiración disfuncionales.
La mano izquierda por debajo de las clavículas y la mano derecha en las cervicales bajas o dorsales altas. Aquí podemos notar la respiración de la pleura, pero no es de nuestro interés, pues correspondería a la osteopatía visceral.
Tenemos que escuchar las fascias y su movimiento, notar el nudo o la restricción del movimiento. Acompañar la mano hacia donde te guíe, suele ser hacia donde está el nudo para desatarlo, ahí es donde la corriente líquida es perturbada, lentificada o desviada. El osteópata acompaña el movimiento hacia esa zona, acentuando el desequilibrio, para permitir por reacciones sucesivas, un real equilibrio de las tensiones y una libre circulación de los líquidos.
Acompañamos nuestras manos hacia donde ellas quieran ir, que suele ser al lugar donde el impulso rítmico craneal no se produce, hay falta de movimiento o movimiento desajustado. Es aquí donde podemos poner toda nuestra atención, nuestra energía mental y sentimental, para reactivar el ritmo del FCE.
Es de gran ayuda el poder hacer un viaje mental y visualizar los tejidos internos. Quedarnos un poco más de tiempo en aquellos tejidos que requieran de más ayuda o atención.
Las hojas fasciales son como hojas o láminas que se meten por todos los lados, sujetan las vísceras, los órganos internos, todo está envuelto por las fascias. La técnica es potenciada por el ojo de nuestra mente que se focaliza en el interior del paciente visualizando los tejidos y órganos en su perfecta salud.
Para desatar ese nudo podemos apretar un poco más, y estimular esa zona o desplazarnos hacia arriba, hacia abajo, a derecha y a izquierda, para reactivar la fascia y ver de nuevo hacia donde quiere llevarte para deshacer el nudo.
Tenemos que tener claro que para desatar el nudo fascial tenemos que ir en el sentido del bloqueo, de la restricción, del nudo. Nunca ir en sentido contrario, pues podríamos aumentar el nudo
Es como el cordón de un zapato, para desatar el nudo tenemos que hacer el camino inverso de cómo se hizo el nudo. Estamos llevando la fascia en la misma dirección del nudo para que, entre lo que yo hago y ella puede hacer, intentar desatar el nudo o tensión interna.
Igual que en los casos anteriores también podemos poner nuestras manos en cada clavícula y percibir aquí el movimiento respiratorio primario. Realizaremos los mismos pasos que en los casos anteriores.