30- El sacro
El sacro es un hueso triangular y grande ubicado en la parte inferior de la columna vertebral, justo por encima del cóccix. Forma la parte posterior de la pelvis y se encuentra entre los dos huesos ilíacos del hueso de la cadera. El sacro se compone de cinco vértebras fusionadas conocidas como vértebras sacras.
El sacro desempeña un papel importante en la estabilidad y el soporte de la columna vertebral y la pelvis. Se conecta con la columna lumbar superior a través de las articulaciones sacroilíacas y con el cóccix inferiormente. Además, el sacro proporciona puntos de anclaje para los músculos, ligamentos y tejidos conectivos que ayudan a estabilizar la pelvis y transferir la carga desde la columna vertebral hacia las extremidades inferiores durante la marcha y el movimiento.
En el contexto de la terapia craneosacral, el sacro también es una estructura relevante debido a su relación con el sistema craneosacral. Se considera que los movimientos sutiles del sacro, como la flexión, extensión y rotación, están relacionados con el flujo y equilibrio del líquido cefalorraquídeo y la función craneosacral en el cuerpo.
El sacro junto con el cóccix forma los componentes inferiores del sistema cráneo-sacral, el sacro forma parte de la columna vertebral. Esta zona es la encargada de soportar el peso del cuerpo y de transportar los plexos sacro y coccígeo.
Si el sacro se encuentra en perfecto estado de salud es de vital importancia para el sistema cráneo-sacral, ya que proporciona un anclaje para la tensión y el ritmo meníngeo.
El sacro respira ejerciendo un movimiento de nutación y contranutación. El sacro se mueve al mismo ritmo que el cráneo.
El sacro tiene un movimiento de oscilación entre los huesos iliacos, como si de un péndulo se tratara. Éste movimiento esta sincronizado con el occipucio, mediante un tubo meníngeo rígido, que hace de vinculo central entre ambos.
El sacro es en realidad un lugar de micro-movimiento continuo relacionado con la respiración pulmonar, la marcha o ejercicio físico y con el movimiento respiratorio primario. Existe una artrosis de la articulación sacro-ilíaca y este punto es muy importante, pues puede generar múltiples trastornos, como dolores del nervio ciático, dolores lumbo-sacros, perturbaciones urinarias y de genitales, cefaleas, perturbaciones del equilibrio, disturbios hormonales, etc.
El ángulo del sacro es muy importante para la lordosis lumbar, es la base estructural donde se asentará el resto de la columna vertebral. El sacro, el disco intervertebral sacro y la quinta vértebra lumbar tienen un trabajo especial la terapia cráneo-sacral.
La pelvis es la sede del sacro, por tanto, será de gran interés en el estudio del sistema cráneo-sacral.
En muchas personas podemos encontrar desviaciones o ligeros bloqueos en la estructura de la pelvis, así como encontraremos una pierna más corta que la otra y a la inversa.
Aunque la pelvis no forma parte directa del sistema cráneo-sacral la tenemos que estudiar, ya que, si que sirve de mecanismo de dispersión de posibles golpes, así como se encarga de la distribución del peso corporal
LA MOVILIDAD INVOLUNTARIA DEL SACRO ENTRE LOS DOS ILIACOS.
El sacro se encuentra suspendido entre los dos iliacos por medio de los ligamentos de la articulación sacro-ilíacas. Los ligamentos posteriores son gruesos y fuertes y sus fibras se disponen en múltiples direcciones.
Podemos imaginarlo bilateralmente como las cuerdas del columpio de un niño. Los ligamentos sacro-ilíacos anteriores son también inferiores y parecen sujetar el sacro desde abajo, como si fuera el asiento del columpio de un niño.
El sacro se puede acoplar en la mano ahuecada del terapeuta, tanto en posición decúbito prono o supino. Con una ligera compresión paliatoria, el terapeuta siente un movimiento de vaivén oscilatorio de la base y el vértice sacro, sincronizado con el movimiento de flexión y extensión que se puede percibir en el cráneo.
Muchos de nosotros hemos recibido algún golpe o traumatismo en el sacro, en la pelvis o en las piernas. Es muy probable que estos traumatismos hayan tenido repercusiones en el sacro o en la zona pélvica o lumbar.
El mecanismo respiratorio primario y su correspondiente impulso rítmico craneal se encuentra afectado por los golpes o traumatismos, por las enfermedades, por el estrés, por circunstancias emocionales fuertes o bloqueos mentales, por el deporte mal realizado o por la respiración insuficiente o descompensada.
Podemos influir sobre los desajustes de este movimiento rítmico, mediante la aplicación cualificada de manipulaciones cráneo-sacrales.
El dolor en la baja espalda o en las piernas es un mal bastante generalizado en esta sociedad. Los problemas con el nervio ciático, el músculo psoas y el sacro son en la mayoría de los casos los responsables de estos dolores. Para aliviar estas dolencias tendremos que ajustar el sacro y hacer varias técnicas cráneo-sacrales a toda esta zona.
LA ESCUCHA EN LOS PIES Y EN LAS PIERNAS
Colocamos suavemente nuestras manos en el dorso de los pies y nos disponemos a escuchar el ritmo fluídico del LCR en los pies. El movimiento es de expansión y contracción, así como también hay una componente de rotación interna en la contracción y externa en la expansión.
Es muy probable que no sintamos ningún impulso rítmico craneal en las piernas y que por tanto tengamos que desenroscar y eliminar un gran número de tensiones o bloqueos energéticos en toda la pierna e incluso en las caderas y en el sacro. Iremos desatando las líneas de tensión a lo largo de las piernas parando en las zonas que así lo requieran para mantenernos ahí en una transmisión de energía que libere el bloqueo.
Después notaremos que el impulso rítmico craneal vuelve en esa zona.
Si la zona es problemática y nos interesa profundizar en ella induciremos una parada del impulso rítmico craneal para volver a encontrarnos con un desenroscamiento de las líneas de tensión efectuando una sanación en los tejidos más profundos.
Nuestra intención o el ojo de la mente, son los que se proyectan hacia el interior del cuerpo del paciente.
Cuando hayamos conseguido que pulse las piernas un poco, podremos notar como entre la pierna derecha o izquierda existe desequilibrio. Podemos notar como una pierna pulsa y la otra no pulsa. En este caso induciremos una parada a la pierna que pulsa llevando con nuestra intención el líquido cefalorraquídeo hacia la pierna que no pulsa.
Cuando consigamos que la pierna con más debilidad pulse, mantendremos y acompañaremos esta pulsación durante varios ciclos. Después dejaremos de inducir el punto de parada a la otra pierna permitiendo que ambas piernas efectúen el movimiento respiratorio primario.
Ahora muy seguramente nos encontremos con que cada pierna pulsa a un ritmo distinto a la otra. Ahora será el momento en que forzaremos una parada o Still Point a una pierna y de seguido a la otra.
Mantendremos esta parada con su desenroscamiento o unwinding durante el tiempo que sea necesario hasta que venga el silencio neurológico y retorne el movimiento respiratorio primario.
Ahora prestaremos mucha atención a percibir la simetría de ritmo en ambas piernas, si no fuera así será el momento de repetir de nuevo todo el proceso o técnica cráneo-sacral.
Este ritmo existe en cualquier parte del cuerpo. Lo escucharemos también en las rodillas, los muslos y los iliacos.
PALPACION DEL SACRO
El sacro lo podemos palpar con el paciente en decúbito prono, supino o lateral.
En decúbito supino el peso del cuerpo puede no dejar que podamos percibir bien el movimiento del sacro. Si el paciente se pone en decúbito prono, o lateral el sacro queda libre y flotando. Ahora podremos sentir la relación del sacro con el cóccix.
Repetimos los pasos a seguir:
Lo primero que tenemos que hacer es escuchar el ritmo cráneo-sacral y seguirlo por varias respiraciones. Averiguar el tipo de lesión que tiene, ¿qué zona es la que peor respira?
Lo segundo es el llamado STILL POINT o parada del IRC impidiendo el proceso del llenado o expansión.
Después de aquí la tensión nos marcara una dirección que tendremos que seguir. Hacia arriba, hacia abajo, izquierda, rápido, lento, en ocho, en zigzag, etc. según la necesidad de la fascia interna, este movimiento será de una manera o de otra. Procuraremos que el tejido se reblandezca.
Lo tercero es el desenroscamiento o unwinding.
El FCE junto con las fascias provoca el desequilibrio o el borboteo de los tejidos. Aquí se está desenroscando el nudo facial.
Movemos nuestras manos en todas las direcciones necesarias, nos dejamos llevar por la tensión del tejido y nuestro ojo de la mente visualizará los tejidos internos y pedirá su perfecta salud y relajación. Mantenemos ahí hasta que se produzca por él sólo una parada o una interrupción neurológica.
Lo cuarto es que aquí no sentiremos nada, hay un descanso de la actividad, a los segundos o pocos minutos volverá el ritmo del líquido cefalorraquídeo, con una mejor amplitud, simetría y ritmo. El fuelle de expansión y contracción volverá el solo después de unos segundos.
Podría ser que hayamos conseguido tener un mejor ritmo respiratorio en la zona, pero que necesitemos de nuevo volver a hacer los pasos anteriores, para dejar la zona con una mayor amplitud y equilibrio.
Hacer lo mismo en todos los diafragmas.
PROTOCOLO
- Escucha de los pies.
- Escucha de los muslos.
- Escucha de los sacros.
- Diafragma 1 Pélvico.
- Diafragma 2 Torácico.
- Diafragma 3 Clavicular.
En todos estos puntos hay que escuchar las fascias y sus movimientos, desatar el nudo, parar y esperar un nuevo equilibrio. El punto muerto o de parada se busca en el momento del vaciado o rotación interna o extensión, punto Still. Luego viene un borboteo o punto de locura, para luego regularizarse.
Si un paciente tuviera mucho dolor en una zona determinada ir directamente a tratar ese diafragma y profundizar en los tejidos internos. Hay que procurar solucionar al principio la zona dolorida y luego hacer un ajuste cráneo-sacral completo.
DESCOMPRESION S1 Y L5
Esta fase es muy aconsejada para cuando hay dolores lumbares.
El sacro realiza un movimiento de nutación y contranutación. Durante la flexión cráneo-sacral el sacro se abre y se separa de la quinta lumbar, movimiento de apertura como el que está realizando el occipital sobre el cráneo.
La quinta lumbar con respecto al sacro realiza un movimiento igual de nutación y contranutación como el sacro.
Lo primero que hacemos es la escucha del ritmo del sacro, la flexión y la extensión, el movimiento de nutación y contranutación.
Ahora ponemos el punto fijo en la lumbar 5, bloqueamos con un ligero tacto, pero principalmente con nuestra atención. La dejamos bloqueada y ampliamos con nuestra intención el movimiento del sacro, ayudamos a que el movimiento del balancín del sacro coja más amplitud.
Cuando notamos que la cinética del sacro es mayor lo paramos y tomamos como punto fijo el sacro y buscamos la separación y la amplitud, entre el sacro y la quinta lumbar empujando la L5 hacia el cráneo.
Tengo que sentir la misma sensación que la sincondrosis esfeno-basilar, flexión y extensión entre la quinta lumbar y el sacro. Es una sincronía de separación y acercamiento entre el sacro y la 5 lumbar.
El ritmo de flexión y extensión estable me dará la seguridad de que el desbloqueo o descompresión del sacro y la 5 lumbar se ha realizado.
La escucha del ritmo del sacro
- Con el punto fijo de L5 mejoramos la amplitud del movimiento del sacro.
- Fijamos el sacro y mejoramos la movilidad de L5 con nuestra intención.
- Liberamos y los dos se integrarán en un sólo ritmo.
- Esta fase de descompresión de L5 con S1 tiene una segunda técnica, recomendable cuando la persona es de compresión delgada y pesa poco.
- Cuando el sacro está en extensión colocamos el dedo índice por debajo de la espinosa L5 y S1 acompañando el movimiento Occipito-craneal.
- Lo primero que harán los dedos es seguir el balanceo del sacro y poco a poco los dedos se van abriendo cual tijera, siguiendo el movimiento extensión-flexión, acompañando el ritmo y liberando las fascias lumbares.
- Los tejidos profundos están produciendo un estrés excéntrico. La separación la hacemos con la intención y conseguimos un resultado de desenroscamiento elástico profundo muy saludable.
- Para cuadros de depresión y angustia, debido a cargas de responsabilidad, conflictividad de pareja, insomnio, inseguridad, miedo, problemas de identificación o sexuales o problemas de padres e hijos.
Por tanto, tenemos:
- DESCOMPRESION DEL OCCIPITAL
- DESCOMPRESION ATLAS AXIS
- TRACCION DEL TUBO DURAL
- DESCOMPRESION L5 CON S1