34- Las fascias
Las fascias tienen varias funciones. Proporcionan soporte estructural y ayudan a mantener la integridad de los tejidos y órganos. También actúan como una red de comunicación, transmitiendo fuerzas y tensiones a través del cuerpo. Además, las fascias permiten el deslizamiento y la movilidad entre diferentes estructuras, lo que es esencial para el movimiento fluido y sin restricciones.
Cuando las fascias se vuelven tensas, rígidas o adhesivas, pueden generar restricciones y disfunciones en el cuerpo. Esto puede resultar en dolor, disminución de la movilidad y limitaciones en el funcionamiento adecuado de los tejidos y órganos.
La terapia de liberación fascial es una técnica utilizada para abordar las restricciones en las fascias y promover su movilidad y flexibilidad adecuadas. Esta terapia se centra en aplicar presión, tracción o movimiento suave sobre las fascias para liberar tensiones y restaurar la función normal del tejido.
Las fascias son una parte integral del sistema musculo esquelético y desempeñan un papel importante en la salud y el bienestar del cuerpo. Su cuidado adecuado puede contribuir a la mejora de la postura, la movilidad, la función de los órganos y la calidad de vida en general.
Las fascias son tejidos que actúan como capas protectoras de todos los órganos mantienen unidos la piel los músculos, huesos, órganos y sistemas y ofrece un escudo de protección y lubricación. Los libros de medicina enumeran más de 100 tipos diferentes de fascias.
Las fascias son estructuras de energía chi a las que es posible cargar con grandes cantidades de energía para fortalecerlas y conservarlas húmedas y flexibles. Cuando no tienen demasiada energía, se endurecen y se vuelvan frágiles. Las fascias son como fines conductos de energía que circulan por el cuerpo y los canales y meridianos de energía de los órganos pasan por las fascias. Cuando la persona pierde su energía o no que circula bien, el cuerpo se endurece y los movimientos pueden resultar dolorosos y poco armónicos. Las fascias sanas son sinónimo de flexibilidad, de unidad estructural, es decir dispondremos de un cuerpo sano y vigoroso. Las fascias sanas son como láminas tirantes de material delgado y resistente que ofrece un escudo protector flexible.
El abdomen tiene varias capas de fascias, en realidad allí es donde se encuentra la mayor concentración de fascias del cuerpo. Mejorar nuestra energía equivale a mejorar nuestro sistema fascial.
SISTEMA CONECTIVO FASCIAL
Somos una fascia grande. Nuestros nervios, músculos, capilares, huesos, etc. existen y pueden realizar sus funciones gracias al orden y conexión que permiten las fascias. Este sistema fascial mantiene al sistema nervioso en constante conexión con todo el organismo, es decir, ayuda junto con los nervios a que todo el organismo esté interrelacionado.
Las fascias proveen de líquido lubricante a las diferentes estructuras con el fin de permitir el movimiento y la nutrición de tejidos y órganos.
En los tendones y ligamentos las fascias presentan características distintas, aunque comparten con la fascia general elementos como el colágeno, fibras elásticas y otras sustancias celulares. En estos componentes especializados de las fascias existen mecano receptor y propio receptores que envían información a la médula espinal y al cerebro sobre las posiciones corporales y los diferentes movimientos que realizamos.
El tejido fascial también ayuda en la defensa del sistema inmunitario ante cualquier agresión, sea ésta por impacto, por disminución del aporte nutritivo o de oxígeno, por el aumento de gas carbónico y de desechos metabólicos, proliferación de microbios o por la irritación de los receptores nerviosos. En estos casos las fascias tienden a inflamarse, enrojecerse, crear calor y producir dolor. Aquí tiene lugar un proceso automático de reparación y cicatrización basado en mecanismos complejos en los que el tejido fascial o conjuntivo juega un papel muy importante gracias entre otros al LCR que circula en su interior.
Las fascias son tejidos de protección y unión que envuelven a todos y cada uno de los órganos de nuestro cuerpo. Hacen posible que nuestra piel, músculos, huesos, todos nuestros órganos y diferentes sistemas permanezcan unidos ofreciendo un escudo de protección y lubricación. Los libros de medicina enumeran más de 100 tipos diferentes de fascias.
Las fascias son estructuras de energía Chi a las que se puede fortalecer y conservar húmedas y flexibles cargándolas con grandes cantidades de energía. Son como finos conductos de energía que circulan por el cuerpo. Los canales y meridianos de energía de los órganos pasan por las fascias. Para mi entender las fascias son uno de los más importantes conductos físicos por donde la energía, el alma y el espíritu se mueven y habitan.
Cuando las fascias no tienen demasiada energía, se endurecen y vuelven frágiles. Cuando la persona pierde su energía o ésta no circula bien (como en el caso de una cicatriz), el cuerpo se endurece y los movimientos pueden resultar dolorosos y poco armónicos. Sabemos que en la mayoría de los casos de cicatrización el tejido dañado no recupera su suavidad ni calidad original. Lo que predomina en estos casos es el tejido fibroso responsable del aspecto rígido denominado fibrosis. Además, esta cicatrización va acompañada por adherencias responsables de diversas patologías como son irritaciones, espasmos o fallos energéticos en dicha zona producidos por la falta de comunicación eléctrica entre las células del tejido fascial y sus alrededores, así como el acortamiento de tejidos (una operación donde hay cicatriz siempre tendrá estos inconvenientes). Como ya hemos dicho, en el proceso de cicatrización se produce un acortamiento del tejido fascial que tiende a compensar dicho acortamiento ocasionando un exceso de tensión en zonas distales que posiblemente cause dolor o malestar en algún otro punto del cuerpo.
Vemos pues que a través de las cadenas musculares o fasciales estas cicatrices pueden producir molestias en otras partes del cuerpo.
De igual manera, cuando una persona recibe un impacto en la cabeza su sistema fascial intenta que el cerebro quede lo menos dañado mediante ajustes elásticos. Intenta protegerle amortiguando dicho impacto como si fuera un muelle, es decir, absorbiendo los impulsos del golpe y redirigiéndolo hacia zonas menos importantes.
Es como echar una piedra en un estanque: las ondas circulares que se forman tras el impacto de la piedra en el agua son simplemente un sistema de amortiguación.
Este impacto se transmite por las fascias de las suturas craneales externas, las fascias internas, las fascias longitudinales y transversales y por los envoltorios musculares del cuello.
Aunque es difícil percibir este principio en el tejido fascial, es cierto que tras un traumatismo existe un movimiento dinámico del tejido fascial o aponeurótico ya que funciona como sistema protector amortiguando el impacto.
Las fascias se caracterizan por su continuidad de una zona a otra, recubriendo completamente todos y cada uno de nuestros elementos corporales y llegando incluso a todas las células del organismo en un sistema complejo pero unificado y unitario.
Al hablar de fascias hablamos de diferentes tejidos que tienen la misma función. Dependiendo de dónde se ubique la fascia, de dónde esté el tejido de relleno, recibirá un nombre u otro.
El tejido aponeurótico, el envoltorio que se encuentra entre músculo y músculo, es una fascia.
El hueso tiene su propio envoltorio, el periostio, otra fascia que protege y nutre al hueso.
Una arteria tiene diferentes hojas o túnicas que la envuelven y cuya función es la de proteger y nutrir, pues bien, esto también forma parte del tejido fascial.
El abdomen tiene varias capas de fascias, en realidad allí es donde se encuentra la mayor concentración de fascias del cuerpo de ahí la necesidad de mantener sano y energetizado todo el abdomen. En técnicas orientales y en artes marciales mantienen esta zona, el punto hará como el lugar donde almacenar la energía y donde sale el poder y fuerza descomunal que un practicante necesita sacar en un momento dado.
Mejorar nuestra energía equivale a mejorar nuestro sistema fascial, especialmente si tenemos en cuenta que las fascias son los distribuidores y almacenadores de la energía de nuestro cuerpo.
Las fascias sanas son como láminas tirantes de un material delgado y resistente que ofrece un escudo protector flexible. Fascias sanas son sinónimo de flexibilidad, de unidad estructural y de que disponemos de un cuerpo sano y vigoroso. Son ellas las responsables en gran medida de nuestro estado de salud y es ahora cuando nos estamos dando cuenta de la importancia de este tejido.
Como ya hemos dicho, la fascia posee una elasticidad y ésta le permite tanto mantener su forma como responder a la deformación.
La deformación elástica es la capacidad de la fascia para recuperar su forma original cuando ha desaparecido la carga.
Sin embargo, aunque la fascia tiene la capacidad de dar de sí cuando se la somete a una carga de estiramiento constante, si esta carga es grande y se aplica durante un periodo de tiempo prolongado, la fascia puede no ser capaz de recobrar su tamaño y formas originales pudiendo dar lugar a una deformación plástica y pérdida de energía. A éste fenómeno se le llama histéresis.
Tras la relajación que se acompaña a esta nueva adaptación del tejido estirado, éste recibe un desgaste y posteriormente dispone de menor resistencia a una segunda aplicación de carga. Éste fenómeno es de importancia clínica para el terapeuta cuando se observan los efectos del tejido conectivo o fascial provocados por lesiones agudas, micro-traumatismos repetitivos o debido a una tensión constante.
Siguiendo el principio de “dañar lo menos posible a lo más importante” y gracias a la inherente tendencia a la salud, supervivencia y conservación del cuerpo, este tejido siempre intentará alejar el trauma físico de las zonas más importantes.
EL TEJIDO FASCIAL ES RESISTENTE Y SENSIBLE A LA VEZ
Podemos decir que las fascias son resistentes a los traumatismos y realizan un papel de protección, pero sin embargo son sensibles a las energías de baja vibración o energías negativas. Este tejido se da cuenta de muchas cosas que nosotros no nos damos cuenta, de muchas energías que son o no son buenas para nuestro organismo. Este tejido tiene su propia inteligencia y memoria y si ha sido dañado por ejemplo por los cafés o el alcohol, cuando queramos o tengamos intención de tomar algo de esto, el cuerpo entero se pondrá malo incluso antes de haber tomado nada. Es la sabiduría natural del cuerpo. El tejido fascial es extremadamente sensible a las influencias energéticas del entorno y del interior.
La fascia está hecha de colágeno, elastina y ácidos. Esta constitución la convierte en una estructura elástica, dura y resistente.
El tejido conjuntivo tiene la capacidad de responder a influencias mecánicas o químicas realizando cambios en su estructura y forma.
Como ya hemos visto, una carga constante en el cuerpo hace que éste modifique su configuración para acomodar dicha carga y como consecuencia puede dejar rasgos permanentes en el cuerpo. Las experiencias traumáticas pueden provocar el acortamiento de un músculo y de sus fascias. Bajo tensión los músculos se contraen, pero si esta tensión persiste, el acortamiento se puede hacer permanente ya que la fascia empieza a unirse al músculo y a entremezclarse con éste en patrones de acortamiento. Esto hace que el músculo se endurezca causando al conjunto del cuerpo que se acople en una postura desviada o asimétrica.
Si las influencias externas dejan rasgos permanentes en la estructura del cuerpo, entonces deducimos que al realizar el proceso inverso devolveremos al organismo su estructura corporal correcta.
Veamos qué puede suceder tras un trauma físico o psíquico.
Un traumatismo físico puede ser una lesión o golpe tras un accidente de motociclismo o de cualquier otro deporte y un trauma psíquico puede ser el ocasionado por un miedo intenso o por el enorme sufrimiento por la pérdida de un ser querido.
Como consecuencia de un trauma lo normal es que la onda expansiva del tejido fascial adopte una dirección determinada para protegernos y aliviar el dolor y que luego vuelva a su posición inicial. No obstante, ocasionalmente en el proceso de retroceso las fibras no se alinean bien y se atascan. Debido a que las fascias están repartidas por todo el cuerpo de forma continua y a que los músculos se complementan y equilibran unos con otros, dicho traumatismo tensará y acortará el músculo en la zona local, pero de igual manera se producirá una tensión compensatoria en otra parte del cuerpo.
Al cabo de años o meses el sujeto puede tener problemas de pérdida de olfato, de oído, dolor de hombro, molestias en el cuello, en la cabeza, problemas respiratorios, fallo de memoria, etc. que difícilmente podremos asociar con algo que nos sucedió hace 3 ó 4 años.
Por supuesto el proceso de deterioro provocado por un traumatismo es reversible en la mayoría de los casos. El cuerpo se puede manipular y dirigir a una posición mejorada, ya que el cuerpo es maleable. Incluso los huesos están continuamente regenerándose y cambiando su estructura.
La energía del terapeuta cráneo-sacral calienta y libera las fascias de todo el cuerpo, ayudando al paciente a recobrar su mejoría.
Aquí prestaremos especial interés a la duramadre raquídea o médula espinal.
La médula espinal es fuerte y resistente, así como rica en fibras de colágeno. Su débil rigidez proporciona cohesión entre las estructuras del cráneo internas y externas, la columna vertebral, el sacro y el cóccix.
Debido a tan estrecha vinculación entre estos componentes del cuerpo humano, un problema en el sacro repercute en la columna y en el cráneo, y viceversa.
Muchos problemas de origen psíquico, por no decir todos los problemas emocionales, mentales y sentimentales que a lo largo de la vida sufrimos, derivan en auténticos traumas que afectan a nuestras fascias.
Por ejemplo, situaciones emocionales traumáticas con los padres, con los hijos, con la pareja o cualquier otra relación, repercuten en la tensión de las fascias de todo nuestro organismo.
Es muy posible que una discusión, una pena o tristeza, un enfado, una depresión, una duda o incertidumbre, un no decir lo que uno quiere decir, o cualquier emoción negativa, pueda producirnos tensión en el tejido fascial y dolor en alguna parte del cuerpo.
Nuestras emociones entristecen nuestro cuerpo, alma y espíritu, y como el tejido fascial interconecta estos tres pilares del Ser, es de vital importancia el cuidado y relajación de este tejido tan especializado.
Es importante que seamos conscientes de que, si nos vamos llenando de pequeñas capas de energía negativa o traumática sin aprender a liberarlas, al cabo del tiempo éstas se pueden convertir en una distorsión psicológica y finalmente materializarse en una lesión física. Sin embargo, es muy posible que hasta que esto suceda continuemos viviendo sin apenas darnos cuenta, sin demasiadas molestias palpables. Quizá seamos un poco más infelices o tengamos cierta dosis de ansiedad hasta que estos estados “soportables” deriven en serios problemas, como por ejemplo en una esquizofrenia o un cáncer.
Hasta la fecha aún no se han efectuado estudios que relacionen la causa con el efecto, o lo que es lo mismo, lo psíquico-emocional con lo físico. Aunque sabido es por la comunidad científica que casi un 80% de las enfermedades actuales son de tipo psicosomático
El sistema craneosacral está basado en la comunicación energética a través de las fascias de todo el organismo como una totalidad. Las fascias longitudinales son las que más nos interesan, ya que van a lo largo de la columna vertebral y comunican desde la cabeza hasta los pies en una unidad funcional.
Aquí entonces podemos entender las terapias de la reflexología podal o la auricultura, en donde tanto en el pie como en las orejas podemos encontrar todos los órganos reflejos en puntos de acupuntura. Aquí es donde podemos entender que una fibra nerviosa o fascial trasporta mucha información y energía de una parte distal a la otra. Estas fascias se caracterizan porque respiran el movimiento respiratorio primario y por tanto tienen una movilidad deslizante.
A lo largo de las fascias o tejidos longitudinales, desde la cabeza hasta los pies encontramos unas divisiones trasversas que llamamos diafragma.
Estos diafragmas tienen un tejido fascial que se orienta transversalmente respecto al cuerpo y pueden en la mayoría de los casos, provocar un deterioro en el movimiento respiratorio primario y por tanto en su deslizamiento longitudinal.
El diafragma torácico en el más importante por su funcionalidad y cantidad de tejidos importantes que lo atraviesan. Este diafragma divide el cuerpo en las cavidades torácica y abdominal. Es como un tabique musculofibroso muy importante para la respiración pulmonar. A través del diafragma muscular atraviesan los nervios vagos, los nervios esplácnicos mayor y menor, los nervios frénicos, el esófago, la aorta, la vena cava, los vasos sanguíneos esofágicos, la arteria mamaria interna, entre otros. Las fibras del pericardio penetran en este diafragma por arriba y contribuyen a la fascia inferior del diafragma. Por la gran cantidad de tejidos importantes que lo atraviesan una contractura o hipertonía del músculo del diafragma afectara a las fascias longitudinales y la salud en general.
FASCIATERAPIA
Fasciaterapia viene de la palabra «fascia». Las «fascias», omnipresentes en nuestro organismo, son unas finas membranas que sirven de unión entre diferentes partes del cuerpo, envolviendo y uniendo músculos, huesos, vísceras y vasos sanguíneos como una tela de araña.
Las fascias acompañan los movimientos, permiten el intercambio de nutrientes corporales contribuyen al buen fluido nervioso y juegan un papel importante en el sistema neuroendocrino así que a nivel inmunitario. Estas membranas son muy sensibles a toda suerte de agresión y cuando hay un estrés físico o psíquico, se contracta, se tensionan y esto puede perturbar el buen funcionamiento del organismo. Así un problema en un punto cualquiera de nuestro cuerpo se repercute en una otra parte del cuerpo por intermedio de las fascias.
La Fasciaterapia es una práctica manual ejercida con suavidad y en profundidad, respectando la » inteligencia » de nuestro cuerpo.
El fasciaterapeuta identifica las zonas de tensión y por medio de unos movimientos precisos y rigurosos interviene sobre los tejidos y suprime las tensiones y dolores. Se puede tratar de viejos bloqueos que se han producido muchos años antes.
La fasciaterapia equilibra y estimula el potencial energético. En esto se parece a la osteopatía.
¿En qué casos se debe consultar un fasciaterapeuta?
Niño o Adulto, todo el mundo puede consultar un fasciaterapeuta, las aplicaciones más frecuentes son: El mal de espalda, las torceduras, las tendinitis, los lumbagos.
Los problemas circulatorios, los problemas digestivos de tránsito intestinal, migrañas y sinusitis….
La fascioterapia puede ayudar como complemento en problemas respiratorios como asma, bronquitis crónicas, esclerosis en placa.
Finalmente, es muy útil para las personas deportistas que están sometidas a micro traumatismos y agresiones físicas en la práctica de un deporte
El tejido fascial afecta al aura humana y el aura humana afecta al tejido fascial
FASCIA. ¿Qué es la FASCIA?
La palabra fascia tiene un origen romano . Era el pañal que se le colocaba al recién nacido envolviéndolo a modo de un vendaje o venda para su protección. Es por este motivo que la palabra fascia se usa en un contexto de banda y es aplicada a las fibras o expansiones membranosas del tejido conectivo las cuales están envolviendo alrededor de varias estructuras especialmente músculos , sirviéndoles de soportes a niveles laterales permitiéndoles el desplazamiento y libre movimiento, este se encuentra en todo nuestro cuerpo debajo de la piel y permite el flujo circulatorio venoso y linfático bajo condiciones normales.
FASCIA
El sistema muscular está formado por cadenas complejas llamadas también «cadenas musculares». Estas cadenas están formadas por varios músculos y diferentes tejidos fasciales.
La optimización de estas cadenas al trabajar «armónicamente de forma conjunta» nos ayudan a movernos mejor y a producir más fuerza y velocidad.
La fisioterapeuta, Diane Lee cita en su libro «La faja pélvica» el sistema de 4 cadenas musculares que están conectadas con las fascias correspondientes y otros músculos ubicados transversalmente a sí mismos.
Estas cadenas tienen un efecto sin efecto comparable al de los músculos agonistas y antagonistas.
Un corte en una de estas cadenas provoca un mal funcionamiento y se supone un rendimiento reducido.
ESTRUCTURA molecular de la fascia.
La estructura molecular de las fascias está compuesta en un principio por tejido conectivo estos tejidos a su vez los componen células como la ELASTINA y el COLÁGENO. Además, posee un GEL de polisacáridos todos estos dan una forma que interactúa con el sistema entregándole soporte, elasticidad y protección.
CÉLULAS COLÁGENOS
• Esta molécula tropo colágeno, dispuesta en una cadena de hélices de ánimo poli péptidos con una configuración rizada en sus cadenas el cual desaparece en un estado de tensión y se contrae cuando esta relajada por completo dentro de esta se mantiene un tono físico, las fuerzas físicas sobre el colágeno modificaran su organización y función.
• Las temperaturas influirán sobre las propiedades visco elásticas de las células colágenos, por ejemplo; Temperaturas superiores a 40 grados, producirán daños estructurales, permanentes si se combinan con una tensión significativa, por esfuerzo y distensión.
• El tejido conectivo se repara gracias a la acumulación de células antiinflamatorias, además de la formación de fibroblastos encargados de sintetizarla células colágenas.
CÉLULAS DE ELASTINAS
• Esta célula es menos abundante que el colágeno esta se encuentra principalmente distribuida en el intersticio alveolar y las paredes de las grandes arterias pulmonares.
• La capacidad de estas fibras en la elongación se debe a la extensibilidad propia de sus hélices y a la deformabilidad de la red, estas miofibrillas ricas en aminoácidos que contienen cisteina desempeñan la función de una malla o esqueleto que entrega una orientación general al tejido elástico.
GEL POLISACÁRIDO.
Este gel que se encuentra entre los espacios de las fibras, dentro de su composición encontramos el ácido hialurínico . Este ácido altamente viscoso es una sustancia lubricante de las fibras colágenos y elastinas evitando la fricción entre estas.
Este gel rico en agua absorbe los cambios compresivos de las fuerzas del movimiento y así disiparlas por el cuerpo evitando de esta forma que el individuo se le produzca una seria lesión .
BREVE HISTORIA.
Este término fue desarrollado por los osteópatas.
El primero en señalar el concepto de FASCIA fue Andrew Taylor S. creador y fundador de la Primera Escuela de Osteopatía en Kirksville Missouri( 12 de mayo de 1892).
Fue el, primero en Acuñar esta frase; *Vivimos dentro de Fascia*.
Luego en los años 1960 fue el osteópata Robert Ward que desarrollo el concepto de Miofascial release junto con John Barnes fisioterapeuta y profesor el que más ha desarrollado esta técnica.
CONCEPTO de TÉCNICA Miofascial.
El concepto de Técnicas Miofascial es un conjunto de técnicas y manualidades que se aplican sobre las estructuras musculares y nerviosas.
Para ello se utiliza la herramienta más practica y hábil que poseemos, las manos . Estas se encargaran de evaluar y corregir todas aquellas alteraciones, lesión o disfunciones que estén presentes modificando el actuar natural de el movimiento articular y corporal.
PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA CORRECCIÓN FASCIAL
• El objetivo base de toda corrección en los tejidos es de devolverle la motilidad y su movilidad seguido de su respuesta nerviosa.
• La recuperación funcional o tratamiento de las fascias es una prolongación de las evaluaciones.
• Cuando el terapeuta se encuentre con una alteración deberá saber distinguir con sutileza la fijación y suprimirla.
Para que esto suceda debe reunirse dos condiciones :
• Precisión.
• Y la elección de la técnica adecuada
PRECISIÓN.
• Esta será muy requerida para que el área afectada pueda ser corregida de buena forma, y pueda volver la funcionalidad de las estructuras.
• En aéreas que han sido sometidas a un trauma podremos recuperar de forma limitada el movimiento.
• El buen saber y hacer, del terapeuta tendrá como resultado una liberación adecuada de las fascia.
Las técnicas Miofascial, actuara sobre el tejido conectivo, este es el nexo de todas las estructuras de nuestro organismo, de sostén de las estructuras venosas y nerviosas, permitiendo el abastecimiento sanguíneo, linfático, y nervioso, así como el intercambio de los líquidos intersticiales.
La pérdida de elasticidad y plasticidad en el tejido conectivo lleva a una falta de motilidad de la zona o área la cual desencadena una alteración mecánica funcional creando mecanismos de defensa que a la vez provocaran nuevas lesiones.
OBJETIVOS de las TÉCNICAS y manualidades en el tratamiento miofascial.
La aplicación de variada composición de técnicas permitirá el restablecimiento de las estructuras del tejido conectivo. Y su respuesta del sistema nervioso central u/o autónomo por medio de los mecanismos propioceptores por esto es variada.
- Capacidad de mejorar la plasticidad y bajar la tonalidad muscular hipertónica.
- Conseguir un mejor estiramiento las estructura fascial pasiva.
- Aumento de la circulación hacia las estructuras Miofascial local.
- Aumento de la nutrición y la oxigenación de los tejidos locales.
- Drenar y Movilizar los desechos metabólicos.
- Mejorar la actividad refleja anormal somato Emocional y viscerosomática.
- Ayudar a identificar las áreas de disfunción somática.
- Cambio de las estructuras del tejido conectivo por medio de las Aplicaciones técnicas de manipulación o corrección.
- Mejorar la respuesta del, sistema nervios S.N.C. y S.N.A, mejorando la respuesta autoinmune local y sistémica.
- Conseguir un estado general, regional o local de relajación y bien estar.
- Lograr un estado general, regional o local de estimulación tónica.
CONTRAINDICACIONES DE LAS TÉCNICAS MIOFASCIAL.
- Problemas cervicales donde está comprometida la arteria vertebral.
- Tumores.
- Artritis Reumatoide.
- Aneurisma.
- Hematomas producidos por una fractura expuesta.
- Celulitis, inflamación, edema y dolor. (infección).
- Estados febriles.
- Infección localizada.
- Osteomielitis – inflamación en los huesos.
- Obstrucción y edemas.
- Suturas.
- Osteoporosis – decrecimiento de las masas de los huesos.
- Terapia Anticoagulante.
- Diabetes.
- Hipersensibilidad de la piel.
LA FASCIA EL ÓRGANO DE LA UNIDAD
La fascia es una de nuestras estructuras fundamentales. Es una unidad: todas las membranas faciales forman un continuo.
La fascia soporta y cubre cada estructura corporal. Incluye membranas que rodean huesos, músculos y órganos, pero también tendones y ligamentos. Viaja a través de todo el cuerpo bajo la piel, a través de su superficie, pero también profundo, conectando nuestros espacios celulares internos con los superficiales.
La fascia es un papel estructural del cuerpo físico. Apoya, separa y se une a los diferentes elementos del cuerpo.
La fascia, también llamada tejido conectivo, es el tejido de nuestra arquitectura fluida, una mezcla de sólido y líquido, que lleva flexibilidad, fuerza, elasticidad, sensorialidad, continuidad del cuerpo.
Para estar saludable, la fascia necesita ser estimulada, estirada, puesta en movimiento, que regenera sus fluidos, descongelarla y desatascarla. De lo contrario se cristaliza, endurece y comprime nervios, músculos, articulaciones; como membrana de apoyo se deteriora en el asiento del dolor. Sin embargo, no tolera excesos, como lo demuestran las tendinitis y las abrazaderas causadas por el excesivo movimiento y por ser forzado.
La fascia es a la vez una frontera entre las partes, un puente que conecta dos áreas y una estructura general.
A nivel de elementos, la fascia está formada por agua (líquida) y tierra (sólida), y es operada por aire (respiración) y fuego (energía en movimiento).
La fascia sería el órgano propioceptivo, aquel que puede ofrecer puntos de referencia en el espacio, mantenernos vertical y permitir que el cuerpo se entienda como una unidad.
La propiedad puede entenderse como el sexto sentido, y el único que no se puede compensar. Está apoyado biológicamente por la fascia y el oído interno (vestibular).
La posesión vincula con la sutil percepción del vidente: nos permite capturar los sobres etéreos de los cuerpos, las auras. La palma de la mano luego interfaz para la propiedad, la percepción facial se extiende más allá del cuerpo físico a través de vórtices que emanan de la palma de la mano.
Nos permite movernos con una fina percepción del espacio, sin necesidad de visión: por ejemplo, de noche. Corresponde a todos los pequeños ojos que podemos abrir en cada punto de nuestro cuerpo, en cada articulación y que abren una percepción de 360o de nuestro entorno.
La sensibilidad de la fascia es tanto interna como externa. Internamente, la fascia tiene muchos terminales nerviosos que informan al cerebro de estimulaciones dolorosas, por ejemplo, pero tan agradables como durante un masaje. Externamente captura las formas del medio ambiente, tanto materiales como sutiles, y nos da monumentos de espacio tridimensional.
MICROFONO A MACRO
La fascia nos revela la necesidad de un enfoque global del cuerpo, entendido como un todo y no la suma de partes independientes.
La fascia es el vínculo entre las diferentes escamas del cuerpo, es una red fibrilar. En su continuidad, está presente tanto en la pequeña escala del nivel celular como en la gran escala de la envoltura de músculos, huesos y órganos.
TENSEGRIDAD
Esta palabra usada originalmente en la arquitectura confunde las nociones de tensión e integridad. La tensegridad es la capacidad de una estructura para estabilizarse a través del juego de múltiples tensiones y vínculos. La fascia es el sobre global que refleja los equilibrios anatómicos internos e implementa la estructura óptima correspondiente. Es gracias a él que el esqueleto no colapsa y los órganos no bajan en respuesta a la fuerza gravitacional. Las membranas faciales son perpetuamente interdependientes.
AUTOPERCEPCIÓN
La fascia es un vector de la autopercepción; nos permite sentir la unidad del cuerpo, sentir el espacio ocupado por el cuerpo. No sólo el cuerpo físico, sino también los cuerpos sutiles. La fascia percibe y transmite información sensorial de los sobres sutiles de nuestro cuerpo y de quienes nos rodean.
Ayuda a vincular materia/forma y conciencia/información. Es una forma de comunicarse directamente con el cuerpo entendido como un todo, unidad, unidad.
LA FASCIA EL CUERPO DE LA CONEXION
Es un órgano conectivo por la energía transmitida allí, por la continuidad de su trama y por la conciencia que se puede asociar con ella.
Permite que las cadenas musculares coordinar, mover o salvar la fuerza. Conecta el sistema vascular sanguíneo con el sistema nervioso. Transmite todo tipo de señales al cerebro desde la información química y mecánica que recibe. Mantiene el cuerpo hidratado a través de la matriz extracelular, una sustancia líquida generada por las células faciales.
TRANSMISIÓN DE LA FUERZA
La fascia es la interfaz orgánica entre la materia y la energía, es sobre la que los meridianos revelados por la medicina tradicional china caminan, y los puntos de acupuntura actúan.
Él es el tejido de la fuerza fluida. Su fuerza proviene de la continuidad y consistencia, y cuando entendemos esto, podemos seguir nuestros movimientos desde el cuerpo como un todo, y ya no vernos como cortados, fragmentados, montados a partir de múltiples piezas separadas.
La movilización de la fascia ayuda con una postura sana.
Mantener una postura móvil ayuda a la fascia a mantenerse saludable (o a recuperar la salud).
Cuando hablamos de la circulación fluida de energía dentro de nosotros, es a través de la fascia que podemos sentirla directamente.
La fascia genera, transporta y almacena la fuerza que necesitamos. Nos ofrece la posibilidad de una nueva comprensión de la fuerza, no sólo muscular sino holística, que implique toda la estructura física en conexión con nuestra actitud mental y emocional.
FASCIA Y CUERPO SUBTRACTIVO
Vincula el cuerpo físico con los sutiles sobres asociados con el cuerpo humano, incluyendo lo que se llama cuerpo emocional y cuerpo mental.
La fascia es un sensor sensible: refleja lo sutil en la forma material. Imprime nudos mentales, absorbe choques emocionales y traumas, sanas heridas físicas.
RESPIRACIÓN DE VIDA
Respirar en la conciencia de hacer circular el elemento aire en nuestros cuerpos oxigena la fascia, despliegarla, quitártela, aligerarla, estirarla y movilizarla, en una palabra, VITALIZALA.
Cuando estamos presentes ante la respiración que fluye dentro de nosotros, sentimos el temblor de la fascia, capturamos la onda que viaja por esta red que estructura y mantiene nuestro cuerpo. Establecemos un vínculo profundo entre la Conciencia, es decir, el reconocimiento, y la Presencia en el cuerpo; en el cuerpo. Es el comienzo de la comunicación interna, de la conexión íntima.
VECTOR DE PODER
La fascia es un vector de energía en muchas formas.
Por un lado, es un transformador piezoeléctrico, es decir, transformará parte de la energía mecánica generada por los movimientos del cuerpo físico en energía eléctrica. Esto es posible, en particular, por el alto contenido de silicio de colágeno, que constituye una parte importante del tejido conectivo. Esta energía eléctrica podría ser usada para alimentar dispositivos externos, lo que sugieren varios inventos, pero sobre todo, nos puede apoyar en nuestro movimiento evolutivo por la aceleración interna que causa en nuestro espíritu lo que una vibración cuando propiamente channe Led.
Por otro lado, es un vector de energía escalar y nos conecta con el gran campo. Todo en el cuerpo es espiral, y la fascia viene a estructurar las espirales en la forma en que rueda y teje en músculos, huesos, órganos. Así que los protege, informa y guía favorablemente.
FASCIA Y KUNDALINI
Cuando se activa, la energía kundalini llega a energizar y propagar la onda vital a través de la fascia; pasa por ella para regenerar todo, sanar lo que debe ser y suavizar las vías de circulación.
Descubrir, reconocer y conectar la fascia es un gran paso porque es la forma de manifestar Presencia, Conciencia y Poder, a través del cuerpo, dentro, en la vida inmediata.