Liberación de la expresión
La liberación de la expresión se refiere al proceso de permitir que nuestras emociones, pensamientos y deseos se manifiesten de manera auténtica y sin restricciones. Implica superar las barreras internas y externas que nos impiden expresarnos plenamente.
La liberación de la expresión puede ser beneficiosa para nuestra salud emocional y mental. Al permitirnos expresar nuestras emociones de manera saludable, evitamos la acumulación de tensión y estrés en nuestro interior. Además, nos permite establecer una comunicación más clara y efectiva con los demás, lo que puede fortalecer nuestras relaciones y promover un mayor entendimiento.
Existen diferentes formas de liberar la expresión, como el arte, la escritura, la música, el baile, el teatro o la terapia verbal. Estas actividades nos brindan un espacio seguro para explorar y comunicar nuestras emociones y pensamientos sin miedo al juicio o la crítica.
Es importante tener en cuenta que la liberación de la expresión no implica actuar de forma impulsiva o irresponsable. Se trata de encontrar formas saludables y constructivas de dar voz a nuestras experiencias internas y compartir nuestra autenticidad con el mundo.
Al permitirnos expresarnos libremente, podemos experimentar un mayor sentido de bienestar, conexión y realización personal. La liberación de la expresión nos ayuda a conectarnos con nuestra verdadera esencia y a vivir una vida más auténtica y plena.
Liberación de la expresión
Como seres humanos sentimos emociones, sentimientos y sensaciones y necesitamos una buena liberación de la expresión, comunicar y por tanto no reprimir. Todo es una corriente de energía en libre circulación, activa, viva, fluyendo y expandiéndose. Nuestra liberación de la expresión es muy importante.
La expresión somática de los sentimientos se produce natural y espontáneamente, gracias al hecho de que los tejidos corporales están impregnados por el sistema nervioso.
Por ejemplo las expresiones de la ira, la alegría, el placer, la tristeza, etc. son manifestadas a través de nuestros músculos fasciales y de los diferentes gestos corporales. Todo gracias a que el sistema músculo-esquelético está ampliamente inervado por el sistema nervioso y por tanto por las configuraciones cerebro-funcionales.
La vida es una constante congruencia de campos de energía interactuando. Aquí por tanto también hablamos de la libre circulación de las energías. Por tanto también sabemos que al reprimir la expresión de las emociones o de los sentimientos bloqueamos parte de la corriente energética, que envuelve nuestro organismo.
Cuando bloqueamos una emoción, bloqueamos un segmento de nuestro cuerpo. Por ejemplo cuando contenemos el llanto, seguidamente notaremos una contracción muscular en la garganta el llamado nudo en la garganta.
Al ver una película de cine y las circunstancias sentimentales nos hacen sentir una gran emoción o sentimiento que nos provoca el llanto, si lo bloqueamos se produce el nudo en la garganta. Estamos bloqueando la libre circulación de la energía, de la emoción y por tanto hay una zona del cuerpo que se tensa, se comprime se retrae.
A esto lo llamamos un bloqueo energético que se verá rápidamente aliviado si le colocamos nuestras manos y nuestra atención inmediatamente en la zona del cuerpo afectada.
Toda esta reacción, por supuesto repercute directamente en el tejido fascial y en el libre movimiento del líquido cefalorraquídeo. El tejido fascial se tensa se contrae se reprime y se produce un acortamiento y contracción del tejido fascial.
La parte interior de la fascia el aracnoides que es casi hueco se vera reducido su espacio y ya no podrá circular el líquido cefalorraquídeo. Esto nos obliga a adaptar un patrón corporal nuevo, nuestro cuerpo se va encorvando, torciéndose, deformándose y adaptándose a la fuerza de la gravedad con formas y mecanismos nada saludables ni perfectos.
Una persona con el pecho hundido denotará que reprime los sentimientos, con el pecho inflado es que estará llena de orgullo, una gran lordosis lumbar puede indicarnos un bloqueo en la experiencia sexual, un cuello rígido o con chepa nos indicara la gran carga de problemas que se hecha a la espalda, etc.
Tenemos que aprender a descargar nuestros sentimientos o emociones de una buena manera, mejorando y aprendiendo cada vez más de ellos.
Nuestra evolución depende de adquirir la experiencia correcta emocional, mental o sentimental de los hechos que experimentamos en la vida.
Se trata de poder vivir y actuar sin las cargas emocionales o mentales negativas del pasado. Todo procesa terapéutico tiene lugar en el presente, aunque los hechos y las causas vengan del pasado. Que ese dolor, esa rabia, esa duda, ese temor, etc. del pasado hoy en día ya no nos repercuta en nuestra salud y nos afecte a la hora de mantener relaciones con otras personas. Nos relacionamos con el mundo a través de emociones, sentimientos y pensamientos y obras con los demás.
Al hacer varias sesiones de terapia cráneo-sacral y devolver el movimiento respiratorio primario a todo el organismo vamos a encontrar la libertad absoluta de interactuar con el mundo sin las repercusiones traumáticas del pasado. Gracias al haber liberado los recuerdos existenciales más o menos traumáticos de la memoria celular. Y todo gracias al movimiento respiratorio primario al impulso rítmico craneal.
Se trata de liberar todas las tensiones físicas de los tejidos corporales, ese músculo agarrotado o esa fascia esclerotizada, o esa articulación rígida.
Todas las tensiones físicas vienen primeramente del plano energético, del aura humana hacia la materia.
Esa tensión muscular al principio fue una energía del campo sutil, como el miedo, la rabia, la duda, el enojo, la inseguridad, el egoísmo, el estrés, la ansiedad, etc. Que en su momento le abrimos paso a nuestra psique, o sea que en su día abrimos nuestro campo, energético para verla, entenderla y asimilarla. En este momento esa mente-emoción o energía psíquica entró en nosotros y nos cargamos con esa información, errónea y más o menos traumática.
Este a grandes rasgos es un mecanismo que usamos para cargarnos con una energía negativa o de baja frecuencia vibratoria. El siguiente paso positivo a seguir es el asimilar la energía, entenderla, aprender de ella, para sacar la experiencia emocional, la experiencia del ser y así haber entendido y experimentado esta carga energética. Esto nos da autoconocimiento.
El siguiente paso es soltar o liberar la carga energética. Ya tenemos la sabiduría de ella y ahora la dejamos ir. No nos apoderamos de ella ni nos la creemos del todo, nosotros somos mucho más que esa carga energética que hemos experimentado. Entonces los pasos son coger, asimilar y soltar o expresar.
El problema está que cuando no realizamos correctamente algunos de estos pasos la energía esa no fluye ni sirve para aprender, entonces se estanca y se somatiza en el cuerpo, en especial en el tejido fascial. Ahora ya tenemos una energía no asimilada que crea una tensión muscular que irá afectando a nuestros tejidos que se encuentren cerca de la zona del cuerpo donde la energía se reprimió.
Esta energía emocional-mental reprimida saldrá a veces a la conciencia y nos manejará y confundirá, nos influenciará e intentará que la información guardada en esa carga energética se repita, para su auto conservación. O sea que sin querer lo veremos todo con una realidad perturbada por una visión del mundo o de las circunstancias modificada. La mayoría no se dan cuenta de ello, de que están siendo llevados por una emoción y perdiendo la visión real y global de la situación. Las emociones no asimiladas se repiten y nos manipulan la verdadera realidad.
En este momento que afloró esta energía psíquica y empezó a perturbarnos es cuando hay que actuar y hacer un trabajo de descarga.
Primero no creernos del todo este estado de ánimo, luego recordar de donde vino, luego mandar toda la energía positiva y amorosa al pasado y a todos los implicados, para retomar un nuevo entendimiento mas positivo y correcto para nosotros. Perdonar y pedir que sea todo lo mejor para ese momento. Saber que hasta el dolor nos sirvió para aprender algo, y que en el fondo no es tan malo, pues es una parte de los sentimientos humanos. Forma parte de nuestra experiencia.
Una vez enviado energía salutífera al pasado, nos relajaremos y buscaremos otros estados de ánimo distintos a los anteriores, mucho más bellos, libres y saludables.
- Este trabajo de descarga y perdón del pasado se hace más efectivo si visualizamos y afirmamos que.
- Cuando perciba que estoy reaccionando o teniendo una conducta inadecuada o impuesta por una educación antigua, me paro y pido a mi Ser que vaya al origen de esa conducta y la disuelva. Me visualizo mi línea media del cuerpo, la cabeza, columna y sacro. Estoy ahí repasando ese evento hasta que la fuerza de mi Ser lo disuelve.
- Es mi voluntad liberar y soltar esta emoción y visualizamos la columna vertebral o pasamos un imán por el entrecejo hasta el cuelo y espalda.
- Yo ………… borro y suelto, libero esta emoción y todos los sucesos encadenados que haya provocado dicha emoción y lo dejo a 0, menos 0 infinito. Esto que se realice al 100% del tiempo y por tiempo infinito. Reiniciamos nuestro sistema energético, recalibramos y refortalecemos a esa nueva vibración de serenidad y paz interior.
- Visualizamos y nos afirmamos que yo soy el rayo violeta, transformador y purificador. Realizamos esta afirmación: “Yo soy la llama violeta, la llama consumidora que disuelve todo error pasado y presente su causa y su núcleo y toda creación indeseable que mi ser externo sea responsable”.
Este tipo de sanaciones se realizan de igual manera a través de la terapia cráneo-sacral, que sin lugar a dudas es muy eficaz en sanar recuerdos y traumas del pasado. Aunque nosotros no seamos conscientes de ello la terapia cráneo-sacral nos sana en cuerpo, alma y espíritu.
Vamos más allá del tiempo y del espacio.
Nuestra aura, nuestra personalidad, nuestra alma y por tanto nuestro Ser están directamente relacionados con lo que hemos vivido y lo que hemos sido en esta y en otras vidas.
Nuestra energía es un proceso psicológico de lo que hemos experimentado. Es la experiencia del Ser y lo que hayamos aprendido de ella el camino que tenemos que llevar. Por tanto vamos a aprender de nuestra experiencia, de nuestro Ser, del estrés, de las emociones, de los sentimientos, de los pensamientos y actos. Este es nuestro legado de vida que propongo profundizar.
Adoptar hábitos para crear pensamientos positivos puede contribuir para que no pongas las culpas o tus fracasos en otros, como habitualmente hacemos, y tampoco que te culpabilices a ti mismo, otro mal hábito recurrente. Nuestra mente controla lo que somos y nos lleva a actuar de determinada manera, por ello puedes programarla con pensamientos positivos.