Movimiento respiratorio primario
El movimiento respiratorio primario es un concepto utilizado en terapias manuales como la terapia craneosacral y la osteopatía. Se refiere a un ritmo sutil y rítmico que se percibe en todo el cuerpo, no solo en el sistema respiratorio, y está asociado con el flujo y el movimiento del líquido cefalorraquídeo (LCR) alrededor del cerebro y la médula espinal.
Este movimiento respiratorio primario se origina en el sistema nervioso central y se propaga a través de las membranas meníngeas que rodean el cerebro y la médula espinal. Se cree que este ritmo se genera a través de la producción y reabsorción del líquido cefalorraquídeo, así como la interacción entre el sistema nervioso central y el sistema musculoesquelético.
El movimiento respiratorio primario se caracteriza por un patrón de expansión y contracción sutiles que se perciben en diferentes partes del cuerpo, como la cabeza, el cuello, el tronco y las extremidades. Los terapeutas manuales entrenados pueden utilizar su habilidad palpatoria para detectar y seguir este movimiento, y utilizarlo como una guía para evaluar la salud y el equilibrio del sistema nervioso y las estructuras asociadas.
Se cree que el movimiento respiratorio primario refleja la capacidad innata del organismo para autorregularse y sanarse. Un flujo libre y armonioso del líquido cefalorraquídeo y un movimiento respiratorio primario equilibrado se consideran indicadores de salud y bienestar. Por otro lado, cualquier restricción o disfunción en este movimiento puede indicar la presencia de tensiones, bloqueos o desequilibrios en el sistema nervioso y las estructuras relacionadas.
La terapia craneosacral y otras terapias manuales que trabajan con el movimiento respiratorio primario buscan liberar las restricciones y restaurar el equilibrio en el sistema nervioso y las estructuras asociadas. Esto se hace a través de técnicas suaves de manipulación y palpación que buscan liberar tensiones y promover la autorregulación y la capacidad de autocuración del cuerpo.
Es importante destacar que el movimiento respiratorio primario no es lo mismo que la respiración consciente que controlamos voluntariamente. Es un fenómeno fisiológico más sutil y profundo que ocurre de manera involuntaria y refleja la actividad de nuestro sistema nervioso central.
Movimiento respiratorio primario
El movimiento respiratorio primario comprende la movilidad del sistema nervioso, una fluctuación del líquido cefalorraquídeo, movilidad de la duramadre, y un cambio de tensión a nivel de los huesos del cráneo y sacro. Colocando las manos en las caras superior y laterales del cráneo y esperando un periodo de tiempo suficiente, experimentamos la sensación palpatoria de expansión y estrechamiento del cráneo. Esta sensación de movilidad se produce a una frecuencia normal de 6 a 12 veces por minuto. Los huesos del cráneo son flexibles y aceptan una deformación, se articulan a través de sus suturas. Lo mismo sucede con el Sacro y los huesos Iliacos. La Duramadre es la membrana que recubre todo el sistema nervioso, comprende la hoz del cerebro, la tienda del cerebelo y el saco dural. Es la estructura que conecta el Cráneo con el Sacro
Nosotros como terapeutas actuamos mediante el conocimiento, la técnica, la intención, el amor y la energía, para ayudar al paciente a devolver su movimiento respiratorio primario en todo el organismo.
Vamos a relajar y encontrar un mejor equilibrio en las membranas internas del cráneo y de todo el organismo. Con esto conseguiremos vivir con todas nuestras capacidades internas y encontrar la plenitud en esta vida y a todos los niveles.
Cualquier dolor o enfermedad puede encontrar una solución a través de esta terapia. Cualquier trauma psicológico puede ser liberado a través del tratamiento cráneo-sacral. Estamos actuando en el origen de todos los problemas físicos y psicológicos. Estamos yendo a la causa de muchos de nuestros desequilibrios, tanto físicos como psicológicos.
Es muy frecuente que los males de muchas partes de nuestro cuerpo tengan el origen en todas las tensiones de membranas craneales que casi todos tenemos. Estas tensiones deforman e impiden el libre movimiento de flexo-extensión en todos los huesos de la cabeza, impidiendo nuestro movimiento respiratorio primario.
Sin apenas darnos cuenta vivimos con tensiones internas, en nuestro cráneo, en la columna vertebral, en el sacro y en la pelvis. Muchas veces por un nacimiento forzado o por cicatrices, golpes, accidentes o simplemente por experiencias traumáticas a lo largo de toda nuestra vida, desde antes del nacimiento hasta ahora, físicas o psicológicas. El tejido fascial es el que se ve más repercutido e influenciado por estas circunstancias.
Como todas las fascias están perfectamente unidas por la comunicación inherente de todo este tejido a nivel fibridal, un golpe en la cabeza puede ocasionar dolores en el hombro, en el abdomen, en la zona pélvica o en las rodillas o los pies. Un pequeño trauma psicológico puede ocasionar un malestar físico.
Movimiento de flexo-extensión
La bóveda craneal y las estructura fasciales y así como todo el cuerpo se expanden y contraen en respuesta a la fluctuación de la presión del líquido cefalorraquídeo, por el interior de las fascias. El movimiento es sutil y se puede entender también como una pulsación, más que como un movimiento.
El impulso rítmico cráneo-sacral está formado por la flexión y extensión que son términos utilizados para designar las dos fases de la respiración cráneo-sacral. Representan las fases sistólicas y diastólicas de la producción del fluido cerebro espinal (FCE) y por tanto no tienen nada que ver con los movimientos de flexión o extensión del tronco o extremidades. Incluso parecen a veces contradictorios.
En la flexión craneal (sístoles coroides) el cráneo se ensancha por los lados y se acorta longitudinalmente.
En la extensión craneal (diástoles coroides) el cráneo aumenta longitudinalmente y se estrecha por los lados.
Un ciclo completo incluye una fase de flexión y de extensión. Según la persona los ciclos del IRC suelen ser entre 6 ó 12 ciclos por minuto. Este movimiento es percibido más como un impulso que, como un movimiento en sí.
En el ámbito energético esta pulsación del LCR se convierte en una potente bomba transmisora de energía, que mantiene nuestro cuerpo y nuestro campo de energía o aura en perfecto estado.
Si el ritmo y la pulsación del LCR son buenos en todo nuestro cuerpo, nuestro Ser en cuerpo, emociones y pensamientos se encontrará en perfecto estado de salud.
Nuestra calidad de vida esta directamente relacionada con la libre circulación del líquido cefalorraquídeo por el interior de las fascias y por tanto del libre movimiento de todas las articulaciones craneales.
Si actuamos y mejoramos la libre circulación de este fluido, mejoraremos el movimiento de flexión y extensión. Entonces ya no nos veremos influenciado por las energías de otras personas, ya que nuestra energía está pulsando, pues es nuestro ritmo cráneo-sacral el que está pulsando y haciendo que su aura esté bien formada y por tanto bien protegida.
En el ámbito energético cada vez que pulsa el LCR manda una onda de energía hacia el aura que la recarga y le da forma y vida. Esta onda áurica, o sea esta onda energética se proyecta alrededor del cuerpo entre unos centímetros hasta cerca de un metro del cuerpo físico.
Es imprescindible hacer que nuestro cuerpo, que nuestra aura pulse por todos y cada uno de sus rincones. La perfección de este sistema nos lleva indudablemente a la salud holística de la persona.
Los terapeutas cráneo-sacrales pretendemos que esta bomba hidráulica funcione correctamente y para ello utilizamos unos toques terapéuticos suaves que en la mayoría de los casos son a través de nuestra intención, o sea, sin contacto o presión alguna. Nuestro toque terapéutico está basado primero en la sensibilidad para escuchar a la bomba hidráulica del líquido cefalorraquídeo por todo el organismo y posteriormente, a través de nuestra intencionalidad, regular este sistema hidráulico.
A lo largo de esta web es probable que para explicar bien cada manipulación repita los pasos terapéuticos pese a que en la mayoría de los casos sean los mismos.
Ruego me excusen si creen que me repito en algunos aspectos, pero considero imprescindible insistir en ciertos datos relevantes. Autor: Juan Carlos Yo personalmente uso el impulso rítmico craneal, o movimiento respiratorio primario para seguir esa fluctuación energética por el aura de la persona y, así percibo cinestésicamente los nudos de energía o quistes energéticos.
Una vez localizado ese torbellino de energía retorcida y, que puede adoptar diferentes formas y tamaños, se procede a su disolución y limpieza. Después de tiene que recargar la zona del aura afectada y, volver a realizar esta sanación en los próximos días, para asegurar que esa zona del aura quede reflejando correctamente las mareas internas del ser humano. Si fortalecemos el campo de energía humano, la salud integral e innata del ser humano se realiza de forma automática. Estoy totalmente convencido que con estas cuatro técnicas a aplicar se obtienen resultados verdaderamente asombrosos y que, con cualquier otra terapia manual directamente en el cuerpo, parece una labor ardua, sino imposible. Así que yo, Juan Carlos, diría que, la medicina del mañana se fundamentará en sanar y limpiar el campo de energía humana y dejar que el cuerpo-alma-espíritu realice los ajustes necesarios en el cuerpo físico. Encontrarás más adelante que es la Biodinámica Craneosacral la que a través del Aliento de Vida ayuda a fortalecer al Ser en todas sus dimensiones.
Seguro que muchos de los problemas mentales, emocionales, de conducta o cualquier patología que venga de la psique, se pueden tratar con éxito desde el nivel cráneo-sacral.
Muchos de estos problemas psicológicos nosotros somos los que le hemos permitido que entren y no los hemos asimilado bien, se están somatizando en el tejido fascial, en forma de bloqueo o trauma.
Si nosotros ponemos de nuevo a pulsar todo el cráneo y el cuerpo entero, dichos problemas no entrarán con tanta facilidad ni se somatizarán en el cuerpo, ya que la pulsación del líquido cefalorraquídeo, por tanto el impulso rítmico craneal, nunca permitirá que absorbamos ningún tipo de energía negativa, es como estar conectado con Dios con la fuente universal que solo permitirá que únicamente entre en nosotros la perfección. O sea que todos los psicólogos y psiquiatras deberían apoyarse en técnicas cráneo-sacrales, para ayudar en el origen de la mayoría de los problemas psicológicos.
Para una vida sana y equilibrada en todos sus niveles es necesario que el ritmo del LCR vaya fluidamente por todo el organismo y que por tanto se realice el movimiento de flexo-extensión por todo el cuerpo, en especial por el cráneo.